En su libro Los productos naturales, ¡vaya timo!, José Miguel Mulet define a la perfección en qué consisten las llamadas «flores de Bach», que consisten
en 38 preparados de flores de Inglaterra y Gales macerados en brandy. En 1930 el doctor Edward Bach llegó a la profunda conclusión de que las enfermedades son una manifestación de pensamientos negativos, como miedo, ansiedad, pesar, frustración y desesperación (el viejo truco de culpabilizar al paciente de la enfermedad). Para reconducir esos malos pensamientos y sanar, se le ocurrieron 38 recetas preparadas a la manera homeopática, aunque algo diferentes, pues la homeopatía estaba ya inventada y había que acaparar cuota de mercado. De hecho, aunque se regulan como medicamentos homeopáticos, los homeópatas dicen que esas flores no tienen nada que ver con ellos. Lo más gracioso es el total descaro del tal Bach y sus seguidores, que no tienen ningún reparo en decir que, para llegar a la receta de sus famosos preparados, sólo utilizaron su instinto. Es decir, si sigues un tratamiento de flores de Bach te van a vender un extracto para-homeopático (pseudo-pseudo-médico) de flores inglesas, basándose en que hace 80 años a un señor se le ocurrió que eso iría bien para curar un catarro, que en realidad no existe pues es la manifestación de la preocupación producida porque tu equipo está a punto de bajar a segunda división.
Supongo que no será esa precisamente la preocupación principal de las mascotas de Zaragoza, pero en cualquier caso algún lumbrera del Colegio de Veterinarios zaragozano no ha tenido más ocurrencia que programar un taller para el próximo mes de octubre con el sugestivo título de «Flores de Bach, terapia complementaria en la clínica veterinaria«.
Según el temario (en pdf), las flores de Bach sirven para tratar
Conductas agresivas. Agresividad inducida por el miedo. Agresividad territorial. Agresividad felina redirigida.
Fobias y miedos: por maltrato, por abandono y por apego a la figura de referencia (base segura).
Ansiedad por separación. Protocolo de actuación.
Eliminaciones inadecuadas en el mundo felino.
Pseudolactancia.
Depresión y tristeza.
Hiperactividad.
Y para prevenir problemas relacionados con
En el embarazo de la propietaria. En el pre y post operatorio, en las visitas veterinarias y en las celebraciones con fuegos artificiales.
Eso, por supuesto, según el temario. Según las evidencias científicas
- The hypothesis that flower remedies are associated with effects beyond a placebo response is not supported by data from rigorous clinical trials.
- It is concluded that the most reliable clinical trials do not show any differences between flower remedies and placebos.
- We conclude that Bach-flower remedies are an effective placebo for test anxiety and do not have a specific effect.
- There is no statistically significant difference between the effects of Bach flower remedies compared with placebo in the treatment of children with ADHD.
Vamos, que es un timo pseudohomeopático. Cosa que el Colegio de veterinarios debería saber bien, teniendo en cuenta que (como no podía ser menos), también anuncia… sí, lo adivinaron: un cursillo sobre homeopatía:
Aunque, en este caso, la responsabilidad en la promoción del timo recae sobre el Colegio de Médicos de Zaragoza.
En fin, esperemos que los maños, tanto humanos como no humanos, gocen de buena salud. Porque entre sus instituciones médicas y su Universidad, cualquier día acuden a una clínica y les recetan un hechizo. Y si no, al tiempo.