Las vacunas y el olvido

Por Fernando Frías, el 3 junio, 2015. Categoría(s): antivacunas ✎ 183
Polio India NewDehli Amar Jyoti Charitable Trust Amar Jyoti Rehabilitation & Research Centre Karkar Dooma November 2002 Copyright WHO/P.Virot
Polio India NewDehli
Amar Jyoti Charitable Trust
Amar Jyoti Rehabilitation & Research Centre Karkar Dooma
November 2002
Copyright WHO/P.Virot

Cuando yo era un crío coincidía en los veraneos con un chaval que llevaba un aparatoso mecanismo en su pierna. No teníamos mucha relación: él era algo mayor que yo (y en esas edades «algo mayor» es un mundo de diferencia), y además su pierna renqueante y su muleta le obligaban a permanecer casi siempre en su casa, mientras que yo prefería irme de paseo en bicicleta. Pero tampoco es que yo lo esquivase como a un bicho raro: ya había visto a otros chicos con secuelas producidas por la poliomielitis y, como cualquier otro niño de mi generación, sabía y temía lo terrible que podía llegar a ser.

Pero eso me pasa porque soy muy mayor. Seguro que, cuando ayer se supo que un niño de seis años ha tenido que ser hospitalizado por difteria, muchas personas tuvieron que mirar en la wikipedia para saber lo que es, simplemente porque el último caso de difteria en nuestro país se registró en 1987, más o menos cuando se dio el último caso de polio (que fue en 1989), y como culminación de unas campañas de vacunación que en pocas décadas convirtieron estas y otras enfermedades en malos recuerdos del pasado.

Hasta ayer.

Naturalmente, el caso ha vuelto a abrir el debate sobre las vacunas, las causas del descenso de la vacunación en los países occidentales, los argumentos que esgrimen los antivacunas… aunque sospecho que esta vez la discusión va a ser breve. Para empezar, está claro que el niño no estaba vacunado, lo cual deja bastante claras la causa de la reaparición de la difteria y el papel que ha jugado en ella la falta de vacunación.

Tuit de Ángela Bernardo mostrando la eficacia de la vacuna contra la difteria

Por otra parte, el argumento de que buena parte de los casos de no vacunación de niños se deben a motivos no ideológicos, sino de exclusión social se ha utilizado a veces para quitar importancia al riesgo que representan los movimientos antivacunas, pero esta vez va a ser difícil: según parece, el niño no estaba vacunado simplemente porque sus padres son contrarios a las vacunas. Y en cuanto a los argumentos de los grupos antivacunas, pues poco hay que decir: ni las vacunas producen autismo, ni las creencias son una excusa para poner en peligro a sus hijos o a los de los demás. Y sí, es cierto que las vacunas son un negocio para las empresas que las comercializan, pero también hacen negocio los fabricantes de airbags, los de barandillas para los balcones o los de suelas antideslizantes para zapato, y no creo que también se nieguen a usar sus productos. Por no mencionar los otros negocios que pueden prosperar gracias a su actitud.

En fin, que no creo que pueda aportar nada a ese debate, y ni siquiera respecto a la forma de llevarlo a cabo. Pero sí quisiera hacer un pequeño apunte: a raíz de este caso se ha vuelto a escuchar la eterna pregunta de por qué la vacunación no es obligatoria en España.

Y la respuesta es muy fácil: porque no hacía falta. A mis padres, a nuestros abuelos, no hacía ninguna falta obligarles a vacunar a sus hijos: sabían perfectamente los riesgos de las enfermedades, podían ver sus consecuencias en su entorno, y en muchos casos habían perdido familiares por la polio, la tuberculosis, la viruela, el sarampión o el «garrotillo», la entonces terrible difteria.

Fabiola Rodriguez en Twitter

Entonces terrible y hoy, simplemente, olvidada. Y esa es la clave: los padres del niño enfermo de Olot no son estúpidos, y probablemente ni siquiera tan fanáticos: al fin y al cabo llevaron a su hijo al hospital en lugar de tratar de curarle con sus «terapias naturales». Pero probablemente no han conocido esa época anterior a la vacunación, no han vivido hasta ahora la tragedia de perder a alguien por una enfermedad perfectamente evitable. No han jugado con aquel chico con polio en el salón de su casa, porque a la calle no podía salir.

En un mundo ideal no haría falta obligar legalmente a vacunar. Ni a nada: en un mundo ideal no harían falta leyes. Pero no vivimos en ese mundo ideal, y a lo mejor ya va siendo hora de que nos planteemos la necesidad de otra reforma legal para recuperar esa otra memoria histórica. Para que no volvamos a vivirla.



183 Comentarios

  1. Menuda mala baba tienes! Anda, y sigue inyectandote todo lo que quieras, sigue medicandote lo que quieras, y sigue financiando la indústria médica como ellos quieres! A mi me la pela! Pero no me taches de irresponsable!

    1. Tranquila. Abre tu mente y busca los testimonios de aquellos que vivieron años en la secta anti vacunas y ahora son libres, felices, y sus hijos sin consecuencia alguna de la «terrible vacunación». Infórmate, esto no es una cuestión de fe.

  2. Hola Fernando,

    Entiendo lo que comentas en tu blog, pero la realidad es que hay algunas personas, pocas pero las hay, que no se fían de las vacunas. Aunque no lo parezca será por algún motivo, y esto nos afecta a todos a los que se vacunan y a los que no, por lo que estaría bien saber porqué pasa y cómo evitarlo.
    Yo sinceramente estoy entremedio. Todavía no tengo claro cual es mi posición al respecto.

    Es cierto que muchas empresas ganan dinero con sus productos, pero no hay tantos productos que vayan a parar a tu torrente sanguíneo, sin ni siquiera pasar por el filtro del sistema digestivo que parece que no pero ya es mucho!!.

    Creo que efectivamente las vacunas fueron un gran avance y en la gran mayoría de los casos no son perjudiciales o a lo sumo son inocuas (hay personas que no les sirven para inmunizarlas, de ahí que aunque te vacunes puedes coger la enfermedad). El problema en todo esto es que parece ser que no se están registrado adecuadamente los efectos secundarios que al parecer ocasionan en algunos casos. Por lo visto si en 72 horas no aparecen efectos secundarios no se considera que lo que pase luego sea por la vacuna. No digo que si pasa algo después tenga que ser de la vacuna pero convendría investigarlo ya que la mayoría llevan sustancias potencialmente peligrosas para el sistema nervioso y aunque la cantidad es muy pequeña va a parar directamente al torrente sanguineo y no todo el mundo reacciona igual a las mismas sustancias y no todas las intoxicaciones dan síntomas inmediatamente.
    Es cierto que se prueban con unos protocolos muy estrictos antes de pasarlo a la población… pero estos protocolos son lo suficientemente estrictos y se usa una muestra lo suficientemente grande como para que sea representativo? Quien que esté sano se pondría una vacuna experimental? Algunos dicen que la prueba «de verdad» es con la población en las campañas de vacunación. Son cosas que me preocupan.
    Antes de la gripe A nada de esto me hubiera preocupado.. pero después de lo que pasó me hizo plantearme si algo tan importante y tan delicado debería estar en manos del sector privado. Temas como la sanidad, la educación, la vivienda.. y todo lo que esté relacionado con bienes de primera necesidad quizá no deberían estar en manos de quienes únicamente quieren ganar dinero.
    Respecto a lo del autismo hay estudios que demuestran que no está relacionado con la vacunación, pero conozco una persona de mi barrio que justo unos días después de vacunar a su hijo con la tripe vírica empezó a notar que perdía el interés por el mundo que le rodeaba y tiempo después le diagnosticaron autismo. Evidentemente esto no es un estudio científico, esto es lo que se llama un caso anecdótico pero da miedo. Si además otra gente dice lo mismo esta casualidad da más miedo.
    Es cierto que también da miedo que un hijo coja una enfermedad mortal o que puede perjudicar seriamente su calidad de vida como es la polio… pero encima el vacunar no garantiza en un 100% el que no coja la enfermedad, creo que la máxima efectividad de una vacuna está en el 80% que está bien.. pero no sé con lo que pasó con la gripe A empiezo a no fiarme demasiado de unos estudios que no sé quien ha hecho y qué relación tiene con quien fabrica las vacunas. Las vacunas por lo visto cuestan poco dinero pero al venderse muchas sí dan beneficios, pero si se demuestra que crean un efecto grave, en paises como USA, puede hundirles estos beneficios al tener que pagar cantidades astronómicas por los daños causados. Además si hay que investigar los efectos secundarios es más dinero a descontar de esos beneficios….así que veo buenos motivos para no sacar a la luz la posible realidad de esos efectos secundarios.
    Resumiendo al final se trata de asumir un riesgo u otro. Vacunar con el beneficio de la inmunización (no al 100%) y esperar que no haya ningún efecto secundario grave que en principio es poco probable, o no vacunar y evitar los efectos secundarios pero exponerse a la posibilidad de infección (también poco probable, eso sí gracias que en principio hay mucha gente inmunizada).
    En fin que comprendo tanto a los que vacunan como a los que no. Lo que no me parece correcto es la demonización a los que no vacunan como si fueran unos descerebrados o gente que cree en cosas raras como si poner en duda la veracidad de según que estudios fuera poco científico cuando la ciencia precisamente es, en parte, cuestionar las cosas cuando no están suficientemente justificadas y cuando hay intereses privados de por medio me temo que la ciencia es lo que ,más de lo que pensamos, sale perjudicada. Eso no quita que algunos que no vacunan lo hagan como un acto de fe y defiendan cosas que no comprenden…. pero en eso no se diferencian demasiado de los que vacunan porque todo el mundo lo hace sin plantearse nada.

    Creo que es un tema delicado y quizá en el futuro complejo, como pasa en los paises anglosajones y la única manera de que el tema se despeje pasa por exigir y conseguir máxima transparencia en los efectos secundarios de las vacunas, sancionar a las empresas que no hagan bien su trabajo, que indemnicen a las víctimas aunque el precio de las vacunas sea más alto. Así creo que se despejarían estos fantasmas y todo el mundo podrá vacunar sin miedo a problemas que si te tocan te pueden generar un problema de por vida.

    Un saludo,

    Pep

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Por Fernando Frías, publicado el 3 junio, 2015
Categoría(s): antivacunas