Los beneficios de la homeopatía (1)

Por Fernando Frías, el 19 junio, 2015. Categoría(s): homeopatía ✎ 37

Cuentan que el maestro Yan Hui, siendo ya anciano, vio una vez a uno de sus discípulos tirando unos manuscritos al comedero de los cerdos. Al preguntarle por qué lo hacía, el discípulo respondió que aquellos papeles no servían para nada, puesto que lo que había en ellos escrito era un disparate. «Nada es del todo inútil», dijo el maestro. Y doblando los papeles, los puso bajo la pata de una mesa que cojeaba.

Lao Tse, «Proverbios».

Lao Tse
Lao Tse

 

Una de las dos cosas que el texto de Lao Tse nos enseña es que a todo, incluso a lo aparentemente más inútil, se le puede encontrar alguna utilidad. Y de eso trata esta entrada: de los beneficios de la homeopatía. Sí, hablo en serio (la broma ya la he hecho otras veces): aunque evidentemente no son los que intentan defender sus creyentes, la homeopatía sí que puede ofrecer beneficios, pasados, presentes y futuros. En esta entrega vamos a ver uno de ellos, y es que la homeopatía nada más y nada menos que

 

1.- Hizo avanzar la medicina.

A los homeópatas les encantan las frases de personajes célebres elogiando su práctica, y una simple búsqueda en Internet permite encontrar cientos de ellas. Una de mis favoritas es esta, del gran Mark Twain:

"You may honestly feel grateful that homeopathy survived the attemps of the allopaths to destroy it." Mark Twain.
«You may honestly feel grateful that homeopathy survived the attemps of the allopaths to destroy it.» Mark Twain.

Preciosa, ¿verdad? Lo que pasa es que, ¡ay!, está un poco incompleta (algo nada raro; otros trabajos de tijera han convertido en aparentes defensores de la homeopatía incluso a críticos tan claros como Charles Darwin). La frase pertenece a un interesante ensayo de Twain, «A Majestic Literary Fossil«, en el que narra los espeluznantes tratamientos que los antiguos médicos aplicaban a los pacientes, y que en su época ya habían sido superados. Y precisamente por eso terminaba su artículo con este párrafo:

When you reflect that your own father had to take such medicines as the above, and that you would be taking them to-day yourself but for the introduction of homoeopathy, wich forced the old-school doctor to stir around and learn something of a rational nature about his business, you may honestly feel grateful that homoeopathy survived the attemps of the allopathist to destroy it, even though you may never employ any physician but an allopathist while you live.

La cosa cambia bastante, ¿verdad?: Twain no reconoce ningún mérito propio a la homeopatía, pero sí que su aparición ayudó a dar un giro científico a la medicina, aunque fuese como efecto secundario.

Como era de esperar, la homeopatía fue recibida por la medicina con fuertes críticas, algunas basadas en viejas concepciones tan erróneas como las ideas de Hahnemann pero otras bastante más contundentes. Pero hacía falta algo más que argumentaciones teóricas, así que pronto se pasó a la práctica y se idearon métodos para comprobar si de verdad funcionaba. Con resultados bastante desiguales, por cierto: aunque lo normal es que la homeopatía se demostrase completamente inútil, en algunas ocasiones parecía funcionar mejor que los tratamientos convencionales. Hasta que llegamos a 1829 y las pruebas que se llevaron a cabo en el hospital militar de San Petersburgo: en vez de distribuir a los pacientes en dos grupos y administrar tratamientos convencionales a uno de ellos y homeopatía al otro, los pacientes se dividieron en tres grupos que recibieron, respectivamente, tratamientos convencionales de la época (incluyendo sangrías), tratamientos homeopáticos y placebos que imitaban medicinas. Y, sorprendentemente, el grupo en el que más mejorías se detectaron fue el de los pacientes a los que se administraban placebos, que se beneficiaban de la higiene y la nutrición del hospital sin tener que sufrir los agresivos tratamientos de la época. Aquello causó tanta sensación que incluso empezó a ponerse de moda la prescripción de placebos, achacando su éxito a los poderes curativos de la autosugestión, pero poco a poco se empezó a tomar conciencia de otro factor: los tratamientos de entonces, algunos de los cuales describe Mark Twain en su artículo, hacían muchas veces más mal que bien, y en vez de curar a los pacientes los empeoraban.

Pero había otro factor en el aire. Volvamos a las pruebas de San Petersburgo: ya hemos dicho que los pacientes que recibieron un placebo experimentaron más mejorías que los pacientes sometidos a sangrías, ingestión de metales pesados y demás barbaridades, pero… ¿cómo se explica que también superasen a los del grupo tratado con homeopatía, que al fin y al cabo también es un placebo? La respuesta probablemente esté en la selección de los pacientes: las pruebas de San Petersburgo no se hicieron para comprobar si la homeopatía funcionaba, sino con la intención de demostrar que no funcionaba, así que los encargados de asignar los pacientes a uno u otro grupo procuraron, consciente o inconscientemente, llevar los casos más graves al pabellón de homeopatía. Algo que, por cierto, también funcionaba a la inversa: los pocos casos en los que la homeopatía había demostrado ser más eficaz que la ausencia de tratamiento eran precisamente aquellos en los que la selección la habían llevado a cabo médicos homeópatas.

Faltaba por tanto un ingrediente más para completar la receta: la aleatorización y el doble ciego, de modo que nadie supuese quién estaba recibiendo el tratamiento real y quién el placebo. Y, miren por donde, apareció también en el curso de una polémica sobre la efectividad o no de la homeopatía. Seis años después de las pruebas de San Petersburgo, y a más de 2000 Km de distancia, empezó a circular por las calles de Nuremberg un panfleto en el que se pedían voluntarios para un curioso experimento.

Portada del panfleto que anunciaba el ensayo de la sal de Nuremberg, en 1835 (fuente: The James Lind Library)
Portada del panfleto que anunciaba el ensayo de la sal de Nuremberg, en 1835 (fuente: The James Lind Library)

Tal y como describe este interesante artículo de Michael Stolberg, se trataba de zanjar una polémica entre el doctor Wilhelm von Hoven, director del Hospital de Nuremberg, y el homeópata Johan Jacob Reuter. Como muchos de sus contemporáneos (y también de los nuestros), Reuter había contestado a las críticas de von Hoven hacia la homeopatía desafiándole a que tomase un producto homeopático y comprobase qué efectos le producía. Y como ocurría siempre entonces (y sigue ocurriendo ahora) los efectos fueron exactamente ninguno. Pero von Hoben (o quizá George Lohner, propietario del Allgemeine Zeitung, partidario de von Hoben y firmante del folleto) decidió dar un paso más y convocó a una prueba similar, solo que tomando precauciones: se prepararían 100 frascos de los cuales 50 contendrían el producto homeopático (Natrum Muriaticum a 30 CH, es decir, sal común disuelta a razón de una parte de sal por cada 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 partes de agua) y otros 50 agua sin sal, quiero decir, agua que tampoco tenía nada de sal… bueno, agua sin dinamizar. No sé si para dar más garantías a los homeópatas o para resaltar aún más lo ridículo del asunto se tomaron precauciones como que los farmacéuticos encargados de preparar los productos se tomasen antes dos días libres para evitar contaminarse con medicamentos de verdad, que se bañasen meticulosamente y que empleasen instrumental nuevo y que jamás hubiese estado en una farmacia (no se crean que ese tipo de tonterías son nuevas).

Y, lo más importante: se preparó un protocolo de manera que ni los voluntarios ni los encargados de distribuir los frascos supiesen cuál contenía solo agua y cual… bueno, ya me entienden.

Tres semanas más tarde los voluntarios debían volver para indicar qué síntomas habían experimentado o si no habían notado nada raro, tras lo cual se abrirían los listados previamente sellados y se recopilarían los resultados.

Resultados que fueron nuevamente negativos para la homeopatía, como era de esperar. Pero eso es lo de menos: lo importante es que este y otros muchos experimentos fueron impulsando la investigación en medicina (aunque al principio solo fuera para demostrar que era superior a la homeopatía) y conformando herramientas tan importantes como el ensayo aleatorizado y a doble ciego.

Y eso, en buena parte, es un mérito que hay que reconocerle a la homeopatía… que ya ven, a veces sí que tiene efectos, aunque sean secundarios.

P.S.: Por cierto, les decía al principio que el texto de Lao Tse enseñaba dos cosas; la segunda es que es facilísimo inventarse una lección oriental de sabiduría, aunque sea tan chusca como esta. Porque ni Yan Hui llegó a ser un anciano maestro (parece ser que murió bastante joven), ni Lao Tse escribió tal cosa, ni el dibujo representa a Lao Tsé, sino al Doctor Ming del «Te chino» adelgazante. Que, por cierto, ni es el Doctor Ming ni es chino. Y espero que no se crean tampoco que su mejunje adelgaza…



37 Comentarios

  1. No creo que hoy en día nadie pueda dudar de que la homeopatía tiene muchísimos beneficios. Y si no que se lo digan a Boyron y a su cuenta de resultados 😛

  2. Por supuesto que la homeopatía tiene beneficios, negarlo es de tontos, así de claro

    Un beneficio tremendo, vender agua de grifo o pastillas de azucar a precios de escandalo en sin duda un importante beneficio, una vez restemos los gastos de propaganda, compra de «postgrados» en universidades donde la palabra «etica» solo aparece en un diccionario, programas de televisión y otras bobadas.

    Vamos, ya querría yo vender pastillitas de azucar o de otro excipiente a varios euros el gramo

  3. La homeopatía es evidencia para los que la han tomado y han experimentado beneficios con ella. Para los charlatanes mamporreros de la farmafia, que están en su cruzada teocrática-escéptica particular contra ella, que sigan con los medicamentos que matan y el crimen organizado de las farmacéuticas, que diría Peter Gotzsche (director médico de Cochrane, ¿les suena?)

    1. Mira por donde, Vicente Baos te contestó hace nueve meses. Yo lo hice un poco antes.

      La medicina científica se enfrenta a muchos retos, y uno de ellos es ese, el de las empresas que se las apañan para burlar los controles que están basados, precisamente, en la metodología científica. Pero pretender defender la homeopatía o cualquier otro tipo de curanderismo con ese argumento es una solemne tontería: que se produzcan accidentes aéreos no quiere decir que las alfombras voladoras funcionen.

    2. Supongo que con tales afirmaciones tendrá alguna prueba ¿no?

      Por cierto, las «opiniones individuales» en ciencia no tienen el mas mínimo valor, aprendaselo para empezar, y luego acostumbrese a citar pruebas de semejantes afirmaciones.

      Puedo conseguirle miles de «testimonios» de gente que ha visto platillos volantes o a quienes se les ha aparecido la Virgen, supongo que eso convierte a las religiones en ciencia

  4. Fernando: en ningún caso pretendía homologar homeopatía con las afirmaciones de Gotzsche. Simplemente constatar que el fraude en los ensayos clínicos determina corrupción en la ciencia médica y la libre determinación de consumir homeopatía es personal, libre e intransferible. Si ellos, los consumidores, afirman tener un beneficio, me parece un insulto exigirles que digan lo contrario o postular desde un pedestal dogmático, con evidente soberbia, que no «funciona». La libertad individual del que quiera gestionar su salud está por encima de las imposiciones o coacciones totalitarias de terceros, se llame papá Estado o los gurús del escepticismo. Exactamente igual que si optan por suicidarse o ser partícipes de la eutanasia.

    La inquisición contra la homeopatía, en su globalidad, es bastante preocupante, puesto que hay que decir que existen estudios sobre determinados protocolos homeopáticos que han demostrado que funcionan con tasas moderadas de éxito. Por ejemplo, los de los doctores indios Banerji en tumores cerebrales, dos médicos que incluso han publicado en PubMed un trabajo sobre nanopartículas a partir de remedios homeopáticos como tratamiento contra el cáncer. Vamos, que no creo que a unos «curanderos» cualquiera les den bola en una publicación médica de cierto prestigio. ¿Verdad?

    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3921611/

    Orbatos: Para usted tienen solamente valor el consenso y la omertá entre determinados médicos que nadie conoce, organismos corruptos como la FDA, gobiernos cómplices y farmacéuticas…para dar salida al mercado a medicamentos fraudulentos…si no he entendido mal. Espere un momento..opiniones individuales..¿de qué médicos estamos hablando? ¿De algún becario recién salido de una facultad? ¿O de gente con cierto prestigio, experiencia, conocimiento y visión global de la medicina que tiene motivos fundados para sacar los trapos sucios que han visto durante largos años de carrera en la ciencia médica? Bien…veamos que tenemos por aquí

    Richard Horton (editor jefe de Lancet): «La mitad de la literatura científica es falsa». De hace dos meses y tal…

    http://www.thelancet.com/pdfs/journals/lancet/PIIS0140-6736%2815%2960696-1.pdf

    Marcia Angell (ex editora jefe del New England Journal of Medicine, hace tres años): «Ya no es posible creer en gran parte de la investigación clínica que se publica»

    http://www.forbes.com/sites/johnlamattina/2012/12/14/marcia-angells-attacks-on-pharma-have-lost-all-credibility/

    Daniela Drake (doctora en Medicina): «Ocho de cada nueve médicos que escribieron las directrices de 2004 sobre el colesterol se encontraban en la lista de los que estaban sobornados por los fabricantes de estatinas». «Las farmacéuticas son la nueva mafia».

    http://www.thedailybeast.com/articles/2015/02/21/big-pharma-is-america-s-new-mafia.html

    Y aquí dan un buen repaso a todo ello…

    http://uraniaenberlin.com/2015/06/16/el-complejo-medicofarmaceutico-delincuencia-organizada-contra-la-salud-1-la-ciencia-corrupta/

    Me gusta, por cierto, el encabezado de la entrada anterior…La ciencia es la creencia en la ignorancia de los expertos (Richard Feynman, físico). Podía ser una de las leyendas de Naukas, para hacerse una cura de humildad de vez en cuando…sin acritud.

    Lo de los testimonios…esfuércese un poco más que la gracia no es su punto fuerte

    1. Fernando: en ningún caso pretendía homologar homeopatía con las afirmaciones de Gotzsche. Simplemente constatar que el fraude en los ensayos clínicos determina corrupción en la ciencia médica y la libre determinación de consumir homeopatía es personal, libre e intransferible.

      O sea, que dices que no lo pretendías, pero sí lo pretendías, puesto que sigues relacionando ambas cosas. La reflexión de Richard Horton ya ha sido analizada en otros lugares, sin ir más lejos en el fantástico blog de Francis, pero volvemos a lo mismo: el hecho de que una parte de la literatura científica sea falsa no valida las prácticas no científicas. Aunque, eso sí, podría explicar que de vez en cuando se cuelen en la literatura científica artículos como el que citas de Banerji, que cumple todos los parámetros que indica Horton como motivos de sospecha. Porque, vamos, si estás dispuesto a aceptar que se cuelan tantos estudios falsos, tendrás que admitir la probabilidad de que a unos «curanderos» cualquiera les den bola en una publicación de cierto prestigio. ¿Verdad?

      Dices que Si ellos, los consumidores, afirman tener un beneficio, me parece un insulto exigirles que digan lo contrario. Bueno, aplicando esa misma regla habrá que considerar insultante y soberbio que desdeñes el comentario de Orbatos sobre los testimonios de apariciones marianas y avistamientos ovni, pero en cualquier caso nadie exige a nadie que diga o haga nada: tratarse uno mismo con homeopatía, con oraciones a San Blas o con cualquier otro disparate son opciones individuales totalmente libres. Pero, eso sí, son libres siempre y cuando quien las adopte disponga de toda la información, y en ese sentido me temo que los escépticos, gurús o no, vamos a seguir explicando que las evidencias indican que esas cosas no funcionan. Pero ojo, he dicho «tratarse uno mismo»; cuando esas decisiones afectan a otras personas indirecta o directamente la cosa cambia, porque las consecuencias de una creencia errónea no las sufre solo quien decide mantener esa creencia.

      Porque, verás, por mucho que te parezca un insulto que haya gente dedicada a postular desde un pedestal dogmático, con evidente soberbia, que no «funciona» la homeopatía, es algo indispensable para poder ejercer la libertad individual. Igual que el hecho de que haya gente que también postule que la gravedad existe, que el fuego quema o que las amatoxinas son tóxicas. La libertad individual consiste en decidir actuar conociendo esos hechos, aunque la decisión sea tirarse por una ventana, meter la mano en una hoguera o comerse una tortilla de Amanita Phalloides. Pero si alguien te dice (y esta vez sí que lo hace desde un pedestal dogmático) que como la Amanita es natural puedes comértela tranquilamente, que si te concentras mucho el fuego no te quema, que la física cuántica y la teoría de los universos múltiples permiten que puedas elegir entre caer al suelo desde una ventana o levitar tranquilamente, o que la homeopatía cura, ese alguien te está engañando. Y eso, te guste o no, vamos a seguir denunciándolo.

      1. Fernando: respecto a Horton y el enlace que citas…lo único que hace su autor es dar una opinión contraria sobre lo que él entiende es una opinión (Horton-Ioannidis), atrincherándose en el método científico y pasando por alto lo que es más que «vox populi» y que muchos están denunciando. Es decir, la trastienda de las corruptelas científico-médicas. Y sigo pensando lo mismo: si Lancet es una de las revistas médicas más antiguas y prestigiosas del mundo y cuestiona la integridad de la profesión médica, no solamente la falsedad de lo publicado (hay que leer completo el artículo) es un fraude sino que el resto (sus estudios y ensayos previos) está en buena parte contaminado.

        Las compañías farmacéuticas tienen una total influencia en el diseño de los estudios clínicos, la interpretación de los resultados y la publicación de los mismos. Igualmente, los estudios con resultados desfavorables, la eficacia inadecuada de un fármaco y nuevos efectos adversos, simplemente se suprimen. Eso es lisa y llanamente habría que llamarlo una cultura científica de la corrupción. Por tanto, la opinión de Horton no es una «opinión» cualquiera sino un argumento basado en la experiencia y en información de primera mano (como lo fue, en su momento, la «opinión» de Marcia Angell (ex editora del New England)

        Extrapolar esa mala cultura científica de la que habla Horton, como presupones, hacia los médicos indios Banerjí y sus remedios homeopáticos publicados en PubMed es una interpretación torticera para desviar el núcleo nodal de la falsificación y fraude de esos estudios y publicaciones dependientes de las grandes farmacéuticas (no de Boiron, hombre).

        Volviendo a la homeopatía (aquí ya contesto al estimado Obatos). No tengo especial interés en defenderla, pero los hechos son contumaces y si aparecen estudios en PubMed…juraría que Horton no se refiere, precisamente, en su artículo de Lancet, a esa «mala práctica» médica de meter «remedios homeopáticos» con calzador en el ámbito científico. Lo que no se puede poner es palos en las ruedas continuamente y seguir diciendo que si las diluciones, que si Avogadro…(lo de la memoria me suena, como mínimo, a rarete, eso sí). Pero es que no veo, no intuyo, no alcanzo a comprender, que la medicina llamada «oficial» persiga la investigación sobre la homeopatía a pesar de que (probablemente) el lobby más influyente de médicos y escépticos la estén lapidando a diario.

        http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3875062/

        Retomando a los Banerji. En varios estudios se confirma que sus protocolos homeopáticos con nanopartículas poseen propiedades biológicas diferentes a las diluciones normales. La investigación sobre los ensayos con homeopatía se han llevado a cabo en el MD Anderson de EEUU, que creo no es un hospital homeopático, con el aval del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense. En laboratorio, en el MD Anderson, se trataron con éxito células cancerosas utilizando remedios homeopáticos ultradiluidos como el Carcinosin 30C, Conium maculatum 3C, Phytolacca Decandra 200C y Thuja Occidentalis 30C y también un placebo, en dos líneas celulares diferentes de cáncer de mama en humanos.. 5.000 células fueron utilizadas y el experimento se repitió tres veces.

        Dos de los remedios-Carcinosin y Phytolacca lograron una respuesta positiva del 80 por cien, lo que indica que provocaron la apoptosis, o muerte celular. En comparación, el placebo logró sólo una reducción del 30 por cien. Los remedios desencadenaron una ‘cascada apoptótica «que interfirió con el ciclo de crecimiento normal de las células cancerosas y, sin embargo, las células sanas circundantes estaban intactas. Para los investigadores, los efectos de Carcinosin y Phytolacca fueron tan poderosos como el Taxol (el fármaco anticáncer). Como mínimo, es prometedora esta línea de investigación con la homeopatía y la tan proclamada inocuidad del la misma, a base de azucarillos, placebo y agua de grifo, se está quedando en una anémica pataleta pseudoescéptica randiana, me temo.

        http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20043074

        http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3921611/

        Pero bueno…igual Horton se refería a esto…como corrupción científica (sic). En definitiva, esto es ciencia empírica donde se demuestra que la homeopatía (una forma de ella) funciona. ¿Toda? No, claro..porque la homeopatía ni es «curalotodo», ni «panacea», ni «milagrería». Es más que razonablemente científica. La prueba es que aquí se ha utilizado el tan cacareado y riguroso método científico aunque ya se había demostrado que estos protocolos habían funcionado en el extremo oriente, los cuales no estaban santificados, lógicamente, por la cartesiana, reduccionista, miope y (vaya por dios) corrupta medicina occidental.

        Seguir con vuestra «loable» cruzada…pero es y será una causa perdida, porque el curso de la historia va a dictar que la medicina integrativa será la que tome el mando en un futuro no muy lejano.

        Saludos, perdón por el tocho y buenas noches

        1. Me da la impresión de que no has leído el artículo de Horton. Cito:

          «Afflicted by studies with small sample sizes, tiny effects, invalid exploratory analyses, and flagrant conflicts of interest, together with an obsession for pursuing fashionable trends of dubious importance…»

          Y presentas tres artículos firmados por miembros de una clínica que emplea los productos que evalúa, con resultados dudosos, que no han sido replicados…

          Verás, Extrapolar esa mala cultura científica de la que habla Horton, como presupones, hacia los médicos indios Banerjí y sus remedios homeopáticos publicados en PubMed no es una interpretación torticera: es aplicar tu mismo argumento. Y creo que con bastante más criterio que cuando tú lo lanzas a voleo sobre la falsificación y fraude de esos estudios y publicaciones dependientes de las grandes farmacéuticas (no de Boiron, hombre), entre otras cosas porque, ¡ay!, adivina qué multinacional francesa suministró los productos a evaluar…

          Me congratula mucho que digas que no tienes especial interés en defender la homeopatía, y me congratularía mucho más si no lo estuvieses haciendo o si al menos buscases algún argumento más consistente. Pero, Retomando a los Banerji, la verdad es que tiene gracia que hagas tanto hincapié en un estudio que fue puesto en entredicho por, entre otras personas, nada menos que una de las firmantes del artículo. A ver si va a resultar que sí que forma parte de esas corruptelas científico-médicas

        2. Señor o señora Homerópata: no siento ninguna simpatía por las empresas farmacéuticas en general. Algunas, caso de Bayer, han experimentado en condiciones que pueden calificarse como de totalmente faltas de ética. Me indigna que la empresa que comercializa el medicamento más eficaz contra la hepatitis C, enfermedad que mató a mi hermano menor, no revierta nada de sus beneficios a la sociedad de la que recibió múltiples estudios sin los cuales no hubieran llegado a elaborar su producto final, esto sin más coste que el de la suscripción a las publicaciones científicas. No defiendo a las farmacéuticas con el comentario que le hago ahora, créame usted.
          Explíqueme, por favor, si hay contradicción o no en lo que usted dice en su comentario. Afirma que “En laboratorio … se trataron con éxito células cancerosas utilizando remedios homeopáticos ultradiluidos … y también un placebo, en dos líneas celulares diferentes de cáncer de mama” y más abajo afirma que “Dos de los remedios desencadenaron una ‘cascada apoptótica’ que interfirió con el ciclo de crecimiento normal de las células cancerosas y, sin embargo, las células sanas circundantes estaban intactas.” Desde mi objetiva ignorancia me resulta muy chocante que en las líneas celulares de cáncer de mama aparezcan tanto células cancerosas como células sanas que las circundan. Entendería esto si los experimentos se hubiesen hecho sobre cultivos de tejidos extraídos de tumores, pero usted habla de líneas celulares cancerosas, que por definición deberían ser puras, sin contaminación con células sanas.
          Dice usted también (y esto no lo dudo) que las diluciones homeopáticas poseen propiedades diferentes a las diluciones normales. Sin duda alguna, ya que ningún caldo de cultivo eficaz puede estar compuesto sólo con agua. En ese sentido entiendo que los supuestos remedios lograran una respuesta positiva del 80 por cien mientras que en comparación, el placebo sólo lograra una reducción del 30 por cien. Fuera cual fuera el placebo, la dilución en la que se presentara debía poseer tanta menos capacidad de reventar la membrana celular cuanto más se aproximara a la concentración osmótica intracelular. Y esta capacidad apoptótica sería máxima en una concentración del cero por ciento, caso de los remedios homeopáticos.
          Concluyendo, por lo visto “para los investigadores, los efectos de Carcinosin y Phytolacca fueron tan poderosos como el Taxol (el fármaco anticáncer)”. Así opinarán ellos, pero en mi opinión deberían justificar su afirmación con una prueba muy simple: la comparación de los efectos del Taxol, placebo y remedios estudiados A LA MISMA CONCENTRACIÓN OSMÓTICA (la de los medicamentos homeopáticos) sobre células tanto cancerosas como sanas.

    2. “Ocho de cada nueve médicos que escribieron las directrices de 2004 sobre el colesterol se encontraban en la lista de los que estaban sobornados por los fabricantes de estatinas”
      De ser cierto, qué fuerte sería, ¿no? Pero, ¿si no fuera verdad? ¿Se conoce quién elaboró la lista de sobornados? ¿Se demostró el soborno, o sólo se dedujo del hecho de que escribieran las directrices? ¿Eran de verdad ocho de cada nueve los sobornados? ¿Se conocen sus nombres? Lo digo porque esa declaración suena bastante a afirmación gratuíta, a maledicencia prudente que se guarda las espaldas por si alguno de los firmantes quisiera poner demanda por difamación. «Oiga, no se pique que esto no iba por usted, sino por otros.»
      ¿Puede usted responder a alguna de estas preguntas? En caso de no poder hacerlo, me permitirá usted dar a esa afirmación la credibilidad que tenía el antiguo anuncio de Lux, cuya pastilla de jabón usaban nueve de cada diez estrellas de cine.

    3. Realmente tu comentario resulta pasmoso. Cuando se inventó la homeopatía la medicina estaba muy poco desarrollaba, resulta plausible que alguien se lo pudiera creer. Ya hace mucho que la ciencia demostró que es imposible que pueda funcionar. Y aquí ya no se trata de que si la ciencia aún no es capaz de comprenderlo o tonterías por el estilo, hace muchísimo tiempo que se demostró sin lugar a dudas que no funciona, nuestra comprensión del universo va mucho más allá de cualquier posible mentira tipo memoria del agua o similar. Resulta incomprensible que alguien quiera vestir su comentario de un mínimo halo de ciencia (aunque sea como tú lo haces) sin tener la vergüenza al menos de preguntarse como podría darse la casualidad de que alguien se invente un tratamiento sobre premisas totalmente falsas (tipo semejante cura a semejante, una burrada como una casa) y mediante métodos falsos (las diluciones, sucusiones o como queráis llamar) y que resulta que funcione y funcione para cualquier cosa que se le ocurra a Boiron, sin necesidad de ningún estudio médico. Pero lo que resulta una desfachatez por tu parte es que (una vez constatada tu falta de espíritu crítico y tu fanatismo) ahora vuestro argumento sea desprestigiar a la ciencia con MENTIRAS…. en fin, cada día estáis más desesperados para mantener vuestra patraña.

  5. Estimado Homeropata, la ciencia no funciona con «opiniones individuales». Da igual que sean del caballero que barre el parque o del que tenga dos premios Nobel. La ciencia funciona con pruebas, así de simple.

    Las opiniones no son pruebas, es así de sencillo.

    El que se hagan «experimentos» aislados es cuanto poco de risa. Nunca se ha podido probar en un experimento serio, con controles y doble ciego una desviación significativa sobre el azar y el efecto placebo. Así de sencillo.

    Por otro lado, la homeopatía parte de una base que viola las leyes mas elementales de la química, adjudicando al agua propiedades que no se han podido probar nunca en ningún laboratorio. ¿No le parece extraño?

    Usted me habla de gobiernos mafiosos en coalición con farmaceuticas corruptas como un todo, no como casos aislados. Supongo que podrá probar semejante afirmación, ¿o no puede?. Porque que cosa mas curiosa, esos medicamentos «oficiales de gobiernos y farmaceuticas corruptas» se fabrican en diferentes empresas por todo el planeta, y extrañamente… funcionan, mientras que la homeopatía no ha funcionado jamás en un estudio clínico serio mas allá del placebo. La gente se «alivia» igual si se les da placebo o gotitas homeopáticas, y dado que el precio de estas últimas es mucho mas caro, tenemos una estafa en toda regla. Por cierto perpetrada por alguna de esas farmaceuticas ya que estamos (que alguna se enriquece sabiendo que no sirven para nada)

    De hecho, no se muy bien que tiene que ver esa presunta corrupción en algun gobierno o en alguna farmaceutica para pretender contarme que el numero de avogandro ahora resulta que no existe, o que el agua tiene propiedades místicas mágicas imposibles de detectar científicamente.

    La homeopatía afirma que el agua «tiene memoria», espero una prueba de que eso es cierto, tan sencillo como eso. Si eso resulta ser falso, todo el resto lo es también.

    Y claro, la gente es muy libre de tratarse con lo que quiera… y de morirse en el proceso. Lo lamentable es que demasiada gente acude a «medicinas alternativas» que no tienen el menor efecto y abandonan tratamientos que pueden curarles, y fijese que mala pata que suelen morirse.

    Así que de inofensiva poco

  6. Afirmáis que la homeopatía es un fraude porque su base teórica es falsa. Quizás nos encontremos en un problema de definiciones.
    Si se define homeopatía como la curación de enfermedades por el efecto directo de agua en el organismo entonces me sumo al carro de la afirmación que abanderáis.
    Ahora bien, si se define homeopatía como una estrategia psicológica con el fin de poner en funcionamiento los mecanismos de la autocuración (efecto placebo), entonces quizás sois vosotros los que tendríais que aceptar la efectividad de la homeopatía.
    Es necesario que establezcamos qué es homeopatía y qué es ‘lo otro’.

    1. El problema, Antondbcn, es que dentro de esa definición de «estrategia psicológica» entra cualquier tipo de cuidado. Lo que está en cuestión no es si la prescripción homeopática puede desencadenar un efecto placebo (que puede, como también puede hacerlo el rezar a un santo en el que se tenga fe, realizar algún ritual mágico de seguridad, el cura-sana-culito de rana de toda la vida o, por supuesto, la visita a un médico). Lo que hay que comprobar es si produce algún efecto por encima del placebo. Entre otras cosas porque igualar la autocuración con el efecto placebo tampoco es correcto: los efectos físicos del placebo existen, pero por lo que sabemos son limitados y no sirven ni mucho menos para todas las afecciones.

    2. No, no es un problema de definición. El placebo es bien conocido, y su uso clínico está documentado. La «homeopatia» es un fraude que pretende curar diversas enfermedades, algunas de hecho bastante graves a base de… nada.

      No es lo mismo ni de lejos. En un caso un médico puede en algún caso «recetarte» un simple placebo cuando tus dolencias son… imaginarias, o puede hacerlo como ayuda psicológica en algún caso. La homeopatía por otro lado pretende en muchos casos sustituir a la medicina, a la que acusa de «no funcionar» y claramente es un fraude en toda regla.

      No nos confundamos, una cosa es un placebo que se aconseja a un enfermo por parte de un profesional que ve claro que el enfermo, o no lo es o simplemente su estado mental aconseja el uso del mismo. Lo otro es venderte una burra y contarte que es un coche

  7. Por vuestras respuestas, Fernando y Orbatos, me queda claro que vuestra definición de Homeopatía es la terapia de curación que se fundamenta en el agua como principio activo. En ese caso, es un fraude. Aún diría más, aunque provoque efecto placebo, dudo mucho de que los creadores del la Homeopatía lo plantearan como una ‘estrategia psicológica’ con el fin de la curación… más bien con el fin del lucro.

    Sin embargo, si la intención de esta entrada de blog es ayudar creo que no lo consigue.
    Queréis convencer a estas ‘víctimas’ con demostraciones, reducciones al absurdo, referencias a estudios con conclusiones claras en contra, etc… Eso no es lo ‘malo’. Lo ‘malo’ es que en vuestra prosa se destila un significado claro: ‘Nosotros somos listos y vosotros muy tontos’.

    He notado esa sensación y no creo que eso predisponga a escuchar si estás en el lado de los ‘muy tontos’. La emoción toma el mando y la razón se esconde.

    Sería un ejercicio saludable (y dificil) escribir un artículo sobre la Homeopatía sin esos matices; aunque si soy el único que nota eso, no hay de qué preocuparse.

    Saludos

      1. Bueno, ya sé que ‘terapia de curación basada en agua como medicina’ no es la definición de Homeopatía. Pero ¿no crees que encaja bien con tus afirmaciones?

        Me ha gustado tu réplica porque muestra bien lo que quería decirte en la segunda parte de la entrada a la que me has respondido. Primero dices ‘que no te he entendido bien’, es decir, tú te has explicado bien pero yo no he sido capaz de comprenderlo. Y segundo, presupones que soy un absoluto ignorante sobre el tema al ofrecerme ese link con información de lo más básica.

        No me ofendo. Es cierto que puede que no te haya entendido bien y también te digo que apenas sé nada más de lo que he leído en ese link… Pero tu prosa, de nuevo, destila esa prepotencia que, en ocasiones, puede provocar que no te lean, sobre todo aquellos que más lo necesitan.

        Yo sí te leo.

        Saludos

        1. Ahora soy yo el que no te entiende a ti. Que yo recuerde, ni Orbatos ni yo habíamos enunciado ninguna definición de la homeopatía, así que me parece difícil que nos hubiésemos expresado mal al definirla. Pero bueno, puede ser.

          Tampoco entiendo por qué presupones que yo presupongo que seas un completo ignorante: me limito a aportarte información, ya que ni la primera definición que tú apuntaste (aquí) ni la segunda que tú nos atribuyes (aquí son correctas. Me alegra mucho saber que no necesitabas esa información tan básica, pero todos habríamos ahorrado bastante tiempo si lo hubieses mostrado desde el principio, ¿no te parece?

          Y si eso -aportarte información básica en vista de que por tus comentarios parecías necesitar esa información básica- te parece prepotencia, pues qué le vamos a hacer. Supongo que a partir de ahí cualquier respuesta en cualquier estilo te lo parecerá, así que no me parece que haya mucho más que comentar al respecto.

          1. Te he informado de lo que noto en tu prosa. Prepotencia puede ser una palabra un poco grande para describirlo. Quizá puede decirse que es ‘condescendencia con el ignorante’, ‘superioridad’… no sé.

            Supón que le dices a alguien: «Ven, ignorante, que te voy a explicar cómo te están engañando como a un tonto y no te enteras». ¿Crees que llevarás una tranquila y productiva conversación con esa persona? No parece que estés convenciendo a Homerópata y creo que es debido a esto. Si el objetivo de tu entrada de blog es convencerle su error, estás fracasando. Si tu objetivo es que permanezca en él, estás teniendo éxito.

            En cuanto a este asunto de la Homeopatía, estamos de acuerdo.

            Saludos

          2. Como decía uno, tonto es el que hace tonterías. Si te pones a despotricar de la medicina y a defender la homeopatía, y muestras que ni siquiera sabes lo que es la homeopatía, pues quedas como un tonto, y es normal que te den respuestas acordes a tu nivel.

  8. Antondbcn, creo que padeces lo que en mi pueblo se denomina «El que se pica, ajos come».
    En mi caso, jamas, he notado prepotencia o condescendencia con el ignorante cuando alguien me ha hecho ver claramente mi error y mi ignorancia. Y mucho menos cuando me han dado informacion.
    Y si alguien lee esto y siente que le estan llamado idiota, bueno, tiene dos opciones: ofenderse porque le han desenmascarado. O asumir humildemente que simplemente estaba equivocado pues le faltaba informacion y eso es lo que aporta el texto (este u otros).

    1. La información te la pueden dar respetandote o burlándose de tí. Si crees que no importa cómo te la dan, no hay problema.

      Yo no estoy juzgando a Fernando, sólo le informo de que noto en su texto que está utilizando el camino de la burla. Intuyo que la información llega peor a través de ese camino y de ahí que se lo mencione. Y se lo señalo porque presupongo que lo que quiere es ayudar a gente que se está equivocando. A lo mejor me equivoco y no es esa su intención; en ese caso, la burla no la vería como un error.

      Saludos

      1. Si, por muy respetuosamente que te den la información (por ejemplo aquí), la interpretas como una manifestación de prepotencia (aquí), va a ser muy difícil encontrar una fórmula que no te parezca que esté utilizando el camino de la burla. A no ser que el problema en realidad no esté mi actitud, como dices tus comentarios, sino en la tuya (y permíteme que, por una vez, sea yo y no tú quien se atreva a adivinar intenciones ajenas).

        1. En la respuesta a Hardrada hacía referencia al texto de inicio de esta entrada del blog y no a lo que señalas en el link.

          Para no andar con suposiciones, me gustaría saber por tí qué intención tienes al escribir este artículo.

          Saludos

          1. Cito: …aunque evidentemente no son los que intentan defender sus creyentes, la homeopatía sí que puede ofrecer beneficios, pasados, presentes y futuros. En esta entrega vamos a ver uno de ellos…

  9. Si hubiese leído con más atención tu texto, me habría dado cuenta de que es un artículo puramente informativo.

    Disculpa por hacerte perder el tiempo.

    Saludos

  10. De acuerdo con mi experiencia, en cualquier forma, no se puede confiar sólo en las relaciones humanas para la recompensa duradera. Sólo el trabajo duro realmente satisfactorio. (Bette Davis)

    1. Desde luego, lo explica muy bien y con cierta gracia. Pero, ¿habrá desengañado a alguien? ¿Se habrá reído el que se ha gastado 50 euros por un vaso de agua?

      A mi me da igual. Yo me he reído un rato.

      Saludos

  11. Gracias. Es estupendo ver cómo alguien (yo sí que no entro en las descalificaciones por formación) basa su crítica en una parábola «taoísta» que, como digo en el texto, en realidad he inventado yo. En fin, que agradezco su comentario, aunque sospecho que habría sido más interesante para todos si antes de formularlo se hubiese molestado en leer la entrada y hablar de ella, en lugar de aprovecharla como excusa para… bueno, para entrar en las descalificaciones por formación. 😉

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Por Fernando Frías, publicado el 19 junio, 2015
Categoría(s): homeopatía