La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y sus cursos de verano

Por Fernando Frías, el 27 mayo, 2010. Categoría(s): arteterapia • homeopatía • inteligencia emocional • Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ✎ 6

Es tradicional que la temática de los cursos de verano de las Universidades sea más ligera que la de sus estudios habituales. Pero ligero no es lo mismo que frívolo, y más de una Universidad que habitualmente es seria con la selección de sus titulaciones y postgrados cae en la tentación de incluir en sus cursos veraniegos materias más propias del chiringuito de un charlatán de feria que de toda una institución universitaria.

Es el caso de la Universidad de Las Palmas, que en los cursos de su campus de verano de Maspalomas incluye, entre otros, un bastante económico curso práctico de Homeopatía (con mayúscula, claro):

Como pueden comprobar pulsando en el enlace (o consultando el programa en pdf), esta vez no se trata de un curso dirigido a médicos, farmacéuticos y otros profesionales de la salud, sino

a todas aquellas personas cuya inquietud por la Homeopatía puede conducirles hacia el conocimiento de su fundamento y su uso cotidiano en diferentes patologías.

Lo cual permite simplificar bastante el temario, ya que no hay que hacer que los asistentes olviden todas esas nociones elementales de química, física o biología que impiden que la homeopatía funcione realmente. Por otra parte, aunque en el programa se indica que al final del curso los dos laboratorios homeopáticos que lo patrocinan harán una presentación de sus productos, no se aclara si también se realizará una degustación gratuita, algo que podría ser muy interesante teniendo en cuenta que el calor propio de las fechas en las que se celebra suele despertar la sed.

Claro que si los productos homeopáticos no calman la sed de los estudiantes, a lo mejor pueden acudir también al curso que lleva el pomposo título de Libérate de tus Pensamientos y Aprende de tus Emociones: Inteligencia Emocional. Y sí, las mayúsculas son de ellos:

Y tras haberse liberado de los pensamientos, ¿qué mejor colofón que asistir al curso de Arte Terapia (de nuevo, con sus propias mayúsculas mayestáticas)?
En fin, que con este panorama la única duda que nos queda es qué pinta en la Universidad de Verano un curso sobre cómo divulgar la ciencia:
Con lo fácil que sería haber programado un curso sobre cómo divulgar la pseudociencia. Al menos, los ejemplos prácticos los tendrían a mano, ¿verdad?


6 Comentarios

  1. Soy profesor de la ULPGC y estoy un poco sorprendido por este post, la verdad.Que la Homeopatía, o la Inteligencia Emocional son frivolidades habría que discutirlo con, entre otros, los profesionales titulados de la salud que trabajan la primera, y con los profesionales de la Psicología y la Psiquiatría que manejan el segundo concepto cada día.Como trabajador de la Ciencia que soy (y esta mayúscula la pongo a propósito), me gustaría decir que para que algo tenga o no cabida en la oferta formativa de la Universidad, desde mi punto de vista, es preciso conocer el rigor de los estudios que en ese área de conocimiento se desarrollen, y si siguen o no una metodología científica.Las ideas preconcebidas y los dogmas de fe siempre han sido los dos peores enemigos de la Ciencia, aunque el becerro de oro sea ella misma. Si no entendemos de algo, tal vez lo más "científico" sea abstenerse de juzgarlo sumarísimamente como despreciable y no riguroso. Lo contrario está reservado para debates de barra de bar, o mala tertulia televisiva.La Universidad, como antiquísima institución compuesta de personas, está plagada de defectos. Pero debe de ser mimada, querida y mejorada por la sociedad. Y es que el fin último de la Universidad no es otro que el mejoramiento de la sociedad, de las personas que la componen y la búsqueda de la verdad. No buscamos hacernos ricos, ni tener poder, y considero que merecemos algo más de aprecio a cambio.

  2. Javier, si no quisiéramos y respetásemos a la Universidad no nos molestaríamos en denunciar los casos en los que se les cuelan cursos y títulos de temática pseudocientífica. Es cierto que las ideas preconcebidas y los dogmas de fe son los peores enemigos de la ciencia, pero esta enemistad funciona en todos los sentidos: tampoco tienen cabida en la ciencia disciplinas que solo se sustentan en las ideas preconcebidas y los dogmas de fe, pero que han sido refutadas una y otra vez. La homeopatía, por ejemplo, no ha demostrado más efectividad que el placebo cuando ha sido sometida a ensayos rigurosos y bien controlados, y sus principios son o implausibles o contradicen abiertamente conocimientos sólidamente establecidos por numerosas disciplinas. ¿Realmente hay que seguir insistiendo una y otra vez en "conocer el rigor de los estudios que en ese área de conocimiento se desarrollen", si la homeopatía fue creada hace ya dos siglos y ha sido reiteradamente sometida a ensayos clínicos desde hace varias décadas, sin obtener resultados positivos? ¿No será ya hora, como pidió en su momento The Lancet y como ha reiterado este mismo año el Comité de Ciencia y Tecnología del Parlamento Británico, de reconocer que se trata de una disciplina pseudocientífica y emplear los recursos de la investigación (y la docencia) en cuestiones más productivas? Como dice, la Universidad debe ser mimada, querida y mejorada por la sociedad. Pero para lograr esa mejora debe ser receptiva a las críticas, analizarlas y, en caso de estar bien fundadas, eliminar esos motivos de crítica. En nuestro caso las críticas a la homeopatía o la inteligencia emocional, por citar los dos ejemplos que usted emplea, no son ni "juicios sumarísimos" ni fruto de ninguna "mala tertulia televisiva", sino que reflejan el consenso prácticamente unánime de la comunidad científica y el resultado de los ensayos clínicos metodológicamente más rigurosos. Y frente a ellos, lamentablemente, ni la homeopatía ni la inteligencia emocional pueden mostrar más que argumentos científicamente insostenibles y evidencias anecdóticas. ¿No cree que son esas disciplinas las que deberían quedarse en los "debates de barra de bar"?

  3. El problema,además, es que la Universidad, al incluir este tipo de cursos en su oferta les da un marchamo de "calidad" o carácter serio del que carecen. Y eso es lo que están deseando quienes practican esas "disciplinas". A la Universidad corresponde una responsabilidad muy grande en esta cuestión; no es un mero espectador.Saludos

  4. Primero, debo de admitir que me equivoqué tratando el asunto desde la perspectiva de la formación científica, porque en la Universidad hay multitud de conocimientos y disciplinas no científicas que son impartidas. Y eso no tiene que escocer a nadie, pues los alumnos son libres de escoger esa formación o no. En general considero que es bueno que la oferta sea amplia y variada.También creo que aceptar críticas es algo necesario, imprescindible, en todos los ámbitos y también en la Universidad. Yo que estoy dentro también tengo muchísimo que criticar, de lo que veo cada día.Sin embargo, lo que me sorprende y debo admitir, me duele un poco no es eso. La verdad es que no percibo en el título de este blog, y en el contenido del primer post un ánimo de crítica constructiva. Más bien creo leer un tono de burla y desprecio que en nada beneficia a nadie.Cuando un profesor prepara un curso de verano, aunque lo cobre más o menos bien, te aseguro que en la mayoría de los casos no es con el ánimo de enriquecerse, de colar mentiras por verdades, ni de buscar notoriedad científica con cursos de homeopatía. En la mayoría de los casos lo hace por pura vocación docente. Porque nos gusta la transmisión del conocimiento y hay personas a las que les puede interesar su recepción.Sinceramente creo que hay que apreciar a la Universidad como institución. Todos salimos quemados y odiándola cuando terminamos la carrera. Pero es fundamental su existencia para una sociedad libre, humanista y crítica. Y en estos tiempos más que nunca, lo que no se mima muere.

  5. La verdad es que lo de la ULPGC clama al cielo. Cuando era estudiante en ella, cada vez que llegaba el verano me entraba repelús al ir a mirar los cursos de verano.Vamos, que ya es tradición. Ya sé que los cursos de verano han acabado siendo una manera de complementar los ingresos y que son un cajón de sastre, pero joer…

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