Manifiesto por una Universidad libre de pseudociencia y oscurantismo

Por Fernando Frías, el 29 octubre, 2010. Categoría(s): Uncategorized ✎ 56
Ante la cada vez más abundante proliferación de conferencias, cursos, seminarios y todo tipo de actividades que diferentes corrientes pseudocientíficas están desarrollando dentro del marco de las universidades españolas y latinoamericanas, tendencia que cristaliza en la reciente creación de una Cátedra de Investigación sobre Homeopatía en la Universidad de Zaragoza, los abajo firmantes (científicos, profesores, alumnos y ciudadanos en general) nos vemos en la necesidad de manifestar lo siguiente:
La colaboración entre la Universidad y la Empresa, así como con otros organismos y agentes sociales es enriquecedora, productiva y debe ser considerada como una de las prioridades de la política universitaria. Los acuerdos y contratos para la transferencia de resultados de la investigación a la empresa privada pueden representar una importante fuente de financiación para las universidades públicas; los cuales, desarrollados convenientemente, permiten una mayor productividad científica y la optimización de las aplicaciones de tal actividad. Sin embargo, creemos que no es justificable que la Universidad busque vías de financiación a cualquier precio, y aún menos si con ello pervierte su filosofía y fines fundamentales.
La Universidad Pública, como cualquier otro organismo de la administración, debe estar al servicio del ciudadano, manteniendo un contacto permanente con la sociedad de la que forma parte, mediante una comunicación constante que permita la sintonía entre el mundo universitario y las necesidades sociales. Para cumplir estos objetivos, la Universidad debe ser un adalid en lo referente a innovación y a exploración de nuevos caminos para el conocimiento. La Universidad nunca debe ser una estatua, sino una animación en constante movimiento.
No es posible entender la función investigadora y el compromiso social de la Universidad sin la imbricación con su papel fundamental en la formación de ciudadanos libres, capaces de enfrentarse al mundo mediante una mentalidad crítica que les permita escapar de las cadenas de la irracionalidad, la superstición y la ignorancia. Esta función docente, completamente consustancial a la institución universitaria, va más allá de las aulas, al representar la Universidad un referente en cuanto a conocimiento y racionalidad para toda la sociedad.
En este sentido, la Universidad juega un papel muy importante ante el avance que en la sociedad contemporánea están teniendo determinadas corrientes anticientíficas y antirracionales, que pueden suponer un significativo retroceso hacia el oscurantismo y la superstición, algo que se encuentra en el polo opuesto de los objetivos universitarios. Nos preocupa, como universitarios y como ciudadanos, que bien entrado el siglo XXI cada vez prolifere un mayor número de terapias más próximas a la magia que a la medicina, en muchas ocasiones amparadas por instituciones y empresas médicas profesionales; nos preocupa que presidentes de gobierno consulten astrólogos; que pulseras mágicas declaradas oficialmente fraudulentas sean portadas por ministros de sanidad y constituyan el regalo más vendido de las últimas navidades; que cada vez haya más ciudadanos que crean firmemente que las vacunas son tóxicas y nefastas para la salud; que aumente el número de enfermos que abandonan el tratamiento médico para abrazar alternativas esotéricas; nos preocupa muy seriamente que gran parte de la población vuelva a confiar más en los curanderos que en la medicina científica.
Nos preocupa que la Universidad pueda convertirse en un mercadillo que de cabida a cualquier alternativa irracional al conocimiento científico. Sólo una mal entendida apertura de mentalidad puede justificar que se enseñe alquimia en las Facultades de Química, ufología en las de Física o el diluvio universal en las de Historia. Ofrecer el foro universitario a las pseudociencias, en igualdad de condiciones con el conocimiento racional, no se traduce en ningún enriquecimiento cultural, sino en una validación universitaria de la superstición y la charlatanería. Difícilmente podremos educar a nuestros hijos sobre la inexistencia de bases empíricas en la predicción astrológica si van a encontrar en el campus universitario cursos de postgrado en astrología.
Reza una de las máximas en ciencia que la razón no debe aceptar algo como cierto sólo porque lo afirme mucha gente o porque lo suscriban personajes importantes, y que siempre es necesario detenerse ante cualquier afirmación y dudar sobre si es o no cierta. Esto obliga a actuar mucho más despacio, a sopesar cuidadosamente las opciones, a avanzar con cautela ante cualquier tipo de propuesta. Y esta es una de las cosas que creemos firmemente que debe enseñarse en las universidades.
Por todo ello, nos preocupa que la Universidad de cabida a cursos sobre acupuntura, a conferencias sobre creacionismo, a seminarios sobre astrología y a cátedras sobre homeopatía. Nos preocupa especialmente si no se enfocan como un debate crítico y un análisis racional, sino con un presupuesto de funcionalidad y validación científica de los que no sólo carecen, sino que están en frontal oposición al espíritu crítico universitario.
En el caso concreto de la homeopatía, aunque de igual aplicación para el resto de pseudociencias, no se ha demostrado científicamente ni su fundamento teórico (que contradice nuestros conocimientos sobre química y medicina más elementales), ni su efectividad más allá de un placebo. Décadas atrás, se destinaron importantes estudios a buscar una posible base en los postulados homeopáticos, los cuales no han variado significativamente en doscientos años, base que jamás se encontró.
Nos resulta extremadamente paradójico que mientras gobiernos europeos retiran fondos y apoyos estatales a la práctica homeopática, en España se instauren cátedras dentro de las universidades públicas. El aval que esto supone, sitúa a la homeopatía, a la astrología o al espiritismo dentro de la categoría de disciplinas universitarias; máxime cuando no nos encontramos exclusivamente ante una actividad de investigación sobre un fenómeno dudoso, sino ante una institucionalización dirigida a la formación y divulgación de estos postulados.
Consideramos por último, que si bien está justificado profundizar y destinar fondos a cualquier aspecto que pueda ser investigado, la especial situación económica actual convierte la inversión de esfuerzo y medios en este tipo de disciplinas totalmente desacreditadas en un acto de puro despilfarro de recursos, que podrían emplearse en líneas de investigación y docencia muchísimo más prioritarias.
Las personas que desde distintos estamentos y colectivos de la sociedad suscribimos este manifiesto, deseamos llamar la atención sobre este importante aspecto al conjunto de la población y, especialmente, a las autoridades académicas y gubernativas, confiando en que la razón acabe imponiéndose sobre la superstición y el oscurantismo.




56 Comentarios

  1. zaskaburcio, sólo un par de apuntes más para que nadie pierda el tiempo en seguir dándote coba ante argumentos tan falaces. El ejemplo que pones del espidifen es muy ilustrativo de que no entiendes absolutamente nada.Para empezar, el espidifen no "cura" nada, pero de su principio activo (el ibuprofeno) se conocen muchas cosas: su estructura molecular, así como los efectos principales y secundarios, avalados por ensayos en una muestra suficientemente amplia. James Randi sería idiota si ofreciera una recompensa por demostrar que el espidifen "cura", porque no lo hace, ni lo pretende.Para proseguir, ¿propones como evidencia científica ponerte delante de James Randi y decirle si tu dolor de espalda mejora o no mejora?En el experimento que anula las bases de la homeopatía, James Randi se enfrenta a un grupo de científicos que dicen que, siguiendo los procedimientos homeopáticos y diluyendo una muestra de polen en la proporción homeopática, este agua reacciona ante células humanas sensibles al polen como si poseyera las propiedades de tener el polen, a pesar de que la ciencia demuestra (y los científicos lo saben) que ya no habría molécula alguna de polen en la disolución. Es decir, como si "conservara la memoria", a pesar de que científicamente es agua pura. Lo demuestran contando el número de células que han reaccionado a la disolución mediante un láser. Ellos mismos están sorprendidos de los resultados: afirman que el agua "conserva la memoria".James Randi dice que eso es imposible y que ha debido de haber algún error en el experimentos. Ante el hecho viaja a Londres, a la Royal Society, desde Florida, con su millón de dólares y propone repetir el experimento comparándolo con una muestra de control consistente en agua normal. En este caso, se utilizan probetas nuevas (que nunca han contenido polen) y los investigadores no saben qué probetas contendrán finalmente agua y cuales la disolución homeopática.Finalmente, se enfrenta cada una de las probetas a una muestra de células humanas, se cuenta el número de reacciones, y se desvela qué probetas contenían agua y cuáles disolución. ¿Resultado obtenido? No hay NINGUNA diferencia significativa de reacción de las células entre las probetas que contenían agua y las que contenían disolución.ESO es lo que se llama un experimento científico y no las memeces de las que hablas. ¿Te suena la relación entre "ciencia" y "medible"? E insisto, todo ello viajando desde Florida hasta Londres, ofreciendo un millón de dólares de su bolsillo y grabándolo en televisión.En otros vídeos Randi se enfrenta, insisto nuevamente, de manera DIRECTA a los charlatanes. Está grabado en televisión y puede verse en youtube.De estas evidencias, demostrables (que viaja, que se enfrenta a la gente, que usa el método científico) tú has deducido lo siguiente: que James Randi es "el Rappel de la ciencia", que es anticientífico y que se dedica a quedarse en su casa sacándose conejos de la oreja.¿Conclusión? O hablas de James Randi y sus experimentos sin haber visto los vídeos (actitud popular entre vagos y charlatanes) o, peor aún, los has visto y omites o tergiversas lo que en ellos aparece (actitud popular de los manipuladores). Sólo tú sabes a qué categoría perteneces, pero desde luego has tardado muy poco en desacreditarte tú mismo.Y te aseguro que un foro lleno de científicos no es el lugar para ese tipo de actitudes. A no ser, por supuesto, que lo que busques sea polémica y protagonismo. El tiempo lo dirá.Saludos.

  2. Bueno, vaya críticas que me habéis lanzado. Os recuerdo que estoy a favor de la ciencia y en contra de los charlatanes, no me pongáis en el lado contrario.Respecto a Randi, es verdad que hace mucho tiempo que leí algo de él, y lo que leí es que hacía trampas y abusaba de la buena fe de la gente. Desde entonces no me he preocupado más por él. Si con el tiempo ha cambiado y se ha vuelto más cauto, pues mejor. De todos modos, como bien habéis dicho, soy bastante vago y no voy a leer más cosas de él (y menos con la cara de mala leche que tiene), así que ya me fio de lo que decís vosotros.En cambio, en el punto en el que no hay nada que hacer, es la homeopatía. Los dogmas dicen que no funciona. La realidad dice que sí que funciona. Es la lucha de siempre, el dogma contra la realidad. Los dogmas comunistas, por ejemplo, dicen que ellos protegen a los trabajadores, pero la realidad es que en los países comunistas es donde los trabajadores viven peor del mundo. Donde peor viven las mujeres es en los países islámicos, pero los dogmas islámicos dicen que ellos protegen a las mujeres. En definitiva, no hay que fiarse nada de los dogmas, suele ganar la realidad ante el dogma. ¿Que no es la memoria del agua lo que funciona? Pues será otra cosa. De todos modos no os preocupéis, yo seguiré tomando el ibuprofeno, que es más barato y seguiré sin fiarme de la homeopatía, y menos de alguien que no es médico.Tenéis razón en que seguir discutiendo es inútil, acabaríamos aquí como un debate de telebasura. Así que por mi parte yo también pongo punto final aquí.Saludos.

  3. zaskaburcio, gracias por tu buen y educado post. Sin embargo perdona que insista en que estás confundido con el tema científico. Mucho. Muchísimo. Y a cada post que escribes empeoras la situación.No es una crítica personal, es que creo que es necesario que tú mismo te des cuenta. Y esto no tiene nada que ver con un debate de telebasura.La vagancia, el fiarse de los demás (incluido lo que te he dicho yo sobre los vídeos, pues deberías verlos tú mismo), así como el juzgar a Randi por su cara (incluso tú afirmación es discutible, pues a mí me parece un hombre muy entrañable) es todo lo contrario a la ciencia.Tener una tesis/opinión preconcebida (como la tuya sobre la homeopatía) sin fundamentarse en hechos o, peor, ignorando las evidencias que demuestran lo contrario y mantenerla a toda costa es todo lo contrario a la ciencia. ¿Cómo puedes afirmar que son los dogmas que dicen que no funciona pero la realidad sí? ¿Qué es "la realidad"?Randi demostró científicamente que los preparados homeopáticos son exactamente equivalentes, a nivel químico, a agua corriente. Y que reaccionan exactamente igual que ella. Es decir, en caso de que la homeopatía "funcionara", no haría falta preparar disoluciones. Bastaría con dar agua corriente.Es por eso por lo que Randi en algunos de sus espectáculos se toma hasta 64 pastillas homeopáticas de golpe, cuando en la caja pone "si supera la dosis recomendada (1 cada 8 horas) acuda inmediatamente a su servicio de toxicología".En resumen: la homeopatía es agua. Y todas las evidencias apuntan, a que si la homeopatía tiene algún efecto, la cosa más bien anda por donde dice Jose.Pero es que amigos, la vida siempre ha sido así. Personas muy cercanas a mí ejerciendo su profesión médica coinciden en que una buena parte de la gente que acude a las consultas lo hace sólo por ser escuchada. Por pura necesidad, digamos, psicológica, de amor o como se le quiera llamar. La gente está muy sola y se siente muy incomprendida. Durante mucho tiempo los médicos (y quizá los curas) han sido las únicas personas que han podido dar conversación, opiniones o puntos de vista diferentes, especialmente en los pueblos y a gente que se encuentra realmente sola.No olvidemos que vivir rodeado de gente no significa no estar sola. Os sorprendería ver la cantidad de gente que no tiene relaciones sinceras o íntimas (que no sexuales) con nadie.Y por eso, Jose, la respuesta que yo te puedo dar ante tu pregunta es que, como alternativa a la homeopatía, los médicos fueran sinceros con sus pacientes y los trataran como a personas, no centrándose únicamente en la dolencia.En cuanto a recetarles, yo les recetaría actividades obligatorias como ir a un club social, hacer algún deporte, aprender algún idioma o cualquier cosa que implique cultivarse y relacionarse con la gente.Con lo que sabemos científicamente de la homeopatía, estoy seguro de que sus aparentes efectos no se deben en nada al producto sino a que el "tratamiento homeopático" implica una serie de efectos secundarios muy saludables.¿De verdad no os habéis parado a pensarlo? Que alguien te escuche y se preocupe por ti (aparentemente), pequeños cambios de hábitos como tener que bajar a comprar a la farmacia o preocuparse por uno mismo y, por supuesto, el más importante, hablar con todo el mundo sobre el tratamiento y lo bien que funciona. Esto es, más interacción social, más optimismo y la posibilidad de ayudar a otras personas con tu experiencia.Si tuviera que hacer un estudio, yo empezaría apostando por esa hipótesis sin ninguna duda.

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Por Fernando Frías, publicado el 29 octubre, 2010
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