La distracción electromagnética en el hospital Vall d’Hebron

Por Fernando Frías, el 8 mayo, 2012. Categoría(s): hipersensibilidad electromagnética • Hospital Vall d'Hebron ✎ 3

Según el anuncio publicado por el propio Hospital,

Recientemente se ha descrito la hipersensibilidad electromagnética, en la que el paciente nos comenta, que tras la exposición a determinados campos magnéticos, refiere intensificación de la fatiga central y periférica. La Dra. Magda Havas, de la Universidad de Trent en Canada, es una de las maximas autoridades en esta campo, nos explicará su definición, la estratificación de la severidad de la misma, su fisiopatologia y como podemos trabajar en la prevención de la hipersensibilidad electromagnética.

En una lectura superficial la cosa no parece chirriar demasiado. Al fin y al cabo, la Organización Mundial de la Salud la define diciendo que

La EHS se caracteriza por una diversidad de síntomas no específicos, los cuales las personas afligidas los atribuyen a la exposición a los CEM [campos electromagnéticos].

Pero leamos con más cuidado. La OMS no dice que estos síntomas sean causados por la exposición a campos electromagnéticos, sino que los afectados los atribuyen a esa exposición, lo cual es muy distinto. Y es que, como sigue diciendo el documento,

La mayoría de estudios indican que las personas con EHS no pueden detectar la exposición a los CEM con algo más de precisión que las personas que no muestran EHS. Estudios «doble ciego» bien controlados y conducidos han mostrado que los síntomas no tenían correlación con la exposición a los CEM.

 De hecho, la evidencia de que la supuesta hipersensibilidad electromagnética es cualquier cosa menos eso es tan abrumadora que las recomendaciones de la OMS dicen que

El tratamiento de las personas afectadas debería enfocarse sobre los síntomas en la salud y el cuadro clínico, y no sobre la necesidad percibida de la persona pare reducir o eliminar los CEM en el lugar de trabajo o en el hogar. Esto requiere:

  • Una evaluación médica para identificar y tratar cualquier condición específica que podría ser responsable de los síntomas.
  • Una evaluación psicológica para identificar condiciones alternativas psiquiátricas/psicológicas que podrian ser responsables de los síntomas.
  • Una evaluación del lugar del trabajo y del hogar por factores que podrían contribuir a los síntomas que se presentan. Estos podrían incluir contaminación del aire en interiores, ruido excesivo, pobre iluminación (parpadeo de la luz) o factores ergonómicos. Una reducción del estrés y otras mejoras en la situación del trabajo podrian ser apropiadas.

Bueno, pues esto mismo es lo que se pasa por el arco del triunfo el Hospital Vall d’Hebron, programando una charla que, a juzgar por el currículum de la doctora que la imparte, va a centrarse en asustar a los presentes con cuentos de terror sobre los campos electromagnéticos, la wifi, la telefonía móvil y seguramente hasta el uso del microondas para calentar la leche del desayuno.

Lo cual tiene la ventaja (para algunos médicos) de que no tienen por qué buscar la causa real de los síntomas que presentan los enfermos: les basta con conjurar el fantasma de los campos electromagnéticos. Pero desde el punto de vista del enfermo la situación es la contraria: por mucho que les recomienden alejarse de los enchufes, mudarse al campo o incluir en su fondo de armario un gorrito hecho con papel de aluminio, si su enfermedad tiene una causa real ésta seguirá oculta y sin ser localizada, mientras una parte de la comunidad médica juega al despiste con este tipo de charlas.

Al despiste y, lo que es peor, a meter más miedo, lo que probablemente tenga como consecuencia un mayor número de afectados, que en realidad no serán hipersensibles a los campos electromagnéticos, sino… bueno, a ese mismo miedo que les meten.

¿Es o no es de vergüenza?



3 Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo contigo, mejor azucar y agua que cualquier química dañina y cronificadora como los AINEs (cualquier personas con dificultades reumatológicas puede contar sus temporales y exiguos beneficios, aunque trilogías se pueden labrar de sus contraindicaciones y padecimientos directamente provocados), antidoloríficos y/o supresoresdesabediosque… Uno de los efectos terapéuticos más potentes (e inocuos) que existen… es el "efecto placebo". Este es seguro y enteramente responsable de tantos mal llamados "milagros médicos", yo diría mal estudiados, en enfermedades crónicas y devastadoras, incurables, etc. -Los que conozco de primera mano así a bote pronto son el cáncer y la fibromialgia -sin meterme en salud mental que eso da para la trilogía de las trilogías….- donde las supuestas e inexplicables -médicamente- curaciones parecen escapar a las leyes de la lógica y de la ciencia (que interesa, esa de la evidencia que hace caja con sus evidentes y lucrativos remedios -y teorías inexplicativas del "parece que", "todo apunta a", "es posible que" y demás conclusiones más alejadas de la evidencia y próximas a la Videncia si me apuras)Con respecto a las investigaciones sobre el efecto placebo, sabiendo de su pasión por los mismos, le dejo el siguiente artículo del que le adelanto algunas de sus conclusiones (y no se preocupe que ya la política me deja muy claro que por muy vacío que esté el vaso, si la oposición lo describe lleno, encontrará vastos argumentos para ello y viceversa): La revista médica 'The Lancet' realizó en 2009 una exhaustiva revisión sobre todos los aspectos relacionados con ellos. Y concluye varias cosas interesantes: primero, que el efecto placebo es psicobiológico y atribuible a todo un contexto terapéutico, no sólo a una pastilla. Segundo, que puede darse el efecto en la práctica clínica incluso cuando no se administre ningún placebo. Tercero: existen muchos efectos placebo, no sólo uno.Al pensar sobre el efecto placebo siempre se mi viene a la mente el nulo trabajo consciente que ejerzo sobre mis plaquetas para que cicatricen un corte que me acabo de hacer… Simplemente, el cuerpo está programado para ello, al igual que se programa desprograma y contamina para tantas otras cosas -y ya le digo que yo por no echarme ni siquiera mercromina… y no me tienen que apuntar el dedo, por lo menos hasta ahora…"No se necesita una pastilla de azúcar para crear un efecto placebo," dijo el Sr. Finniss.

  2. Esta "pájara", aparte de estar haciendo mucho daño con su fuerte presencia mediática en EE.UU. y, especialmente, Canadá, es autora de uno de los estudios más chapuceros de los que he tenido constancia, sobre la supuesta influencia de la radiación producida por (atención) teléfonos inalámbricos (¡ni siquiera móviles!) sobre el ritmo cardiaco en personas (una vez más) hipersensibles.En el enlace siguiente podéis ver un ejemplo modélico de como se destripa un estudio ridículo:http://www.skepticnorth.com/2010/11/magda-havas-new-ehs-study-has-serious-flaws/

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