Conocí una vez a un tipo que abrazaba los árboles para recibir su energía positiva, y la verdad es que sus almendros crecían tan fuertes y lozanos como los de las demás fincas de alrededor, así que mal no les hacía. A los árboles, quiero decir. Porque para una persona creer en ese tipo de tonterías místicas no suele ser nada bueno.
Y mucho peor es inculcarles esas creencias desde pequeños, como han hecho los «educadores» de la escuela de educación infantil de Vilarrodís-Oseiro con motivo del Día del Árbol, según cuenta esta noticia de La Voz de Galicia.
¿De dónde ha salido semejante chorrada? Pues según los responsables (es un decir) del Centro resulta que
«Moito se ten falado dos beneficios de abrazar árbores, máis agora existen estudos científicos que abalan estas prácticas. No libro de Matthew Silverstone, Blinded by Science, fálase de como o contacto coa natureza, e coas árbores en particular, outorga beneficios sobre a concentración e a creatividade, rexistrándose que os nenos e as nenas funcionan mellor cognitiva e emocionalmente en contornos verdes»
La verdad, tomar como fuente «Blinded by Science» es como ponerse a enseñar astrofísica con los libros de JJ Benítez, pero para quienes tengan el gusto de no conocerlo comentaré que el libro perpetrado por Matthew Silverstone es un ejemplo perfecto de pseudociencia en el sentido de «creencia irracional disfrazada de ciencia». A lo largo de su libro Silverstone acumula datos, citas y referencias que o proceden de fuentes dudosas (y no dudosas: algunas vienen de reconocidísimos charlatanes) o son burdamente tergiversados para intentar apoyar sus tesis.
Y un buen ejemplo de ello es, precisamente, lo de abrazar árboles: en su libro Silverstone menciona un estudio titulado «Children with attention deficits concentrate better after walk in the park«, que muestra que (como era de esperar) un paseo por un parque es más relajante que un paseo por un entorno urbano, pero el autor, echándole morro, lo convierte en la «prueba científica» de que abrazando árboles podemos beneficiarnos de sus «vibraciones» (o «espíritu», como lo llama en alguna otra ocasión).
En fin, que uno esperaría que este tipo de cosas las creyese alguien con escasa cultura y poca formación, pero los profesores del centro deberían estar un poco por encima de eso, ¿no?
El único consuelo de todo esto es que los niños son a menudo mucho más sensatos que los adultos y que pronto abandonarán el Centro para asistir a una escuela de Primaria, donde cabe esperar que los responsables tengan un poco más de racionalidad. Así que podemos tener la esperanza de que cuando crezcan no acaben convertidos en unos abrazafarolas abrazaárboles.
Salvo que luego vayan a la Universidad de Lleida, claro…
Enhorabuena por tus artículos. Yo sí me creo que los maestros transmitan esto, su formación no profundiza y en las aulas hay pseudociencia. Una pena 🙁 Gracias por contarlo.
¡Claro, claro!. La pseudociencia nos invade, ha matado a mi tía la de Villaconejos, ha hecho que mi abuelo se tirase por la ventana. ¡Es el apocalipsis, el fin!.
«Su formación no profundiza»…mujer, profundizará hasta donde tenga que profundizar y pueda según su cometido, ¿no?.
«En las aulas hay pseudociencia»…pues como en todos los sitios: ignorantes, listos, ignorantes que quieren parecer listos…
Me gustaría que me explicase qué es para usted una pseudociencia, ya que adivino que detrás de usted hay una experta en ciencia, epistemología, filosofía de la ciencia y varias disciplinas más que son necesarias conocer al detalle para arriesgarse a hacer tal definición.
Me parece que esta práctica, cierta o no, no hace daño a nadie, de hecho, ayuda a los niños a tener respeto por la naturaleza, así que no tiene nada de malo,, bajo mi punto de vista,, pero bueno, alomejor preferimos a niños que en vez de abrazar árboles (algo horrible, por lo visto) quemen bosques,, eso es mucho mejor, sin duda..
Puede que te parezca difícil de creer, pero resulta que se puede educar a los niños para que no crean que abrazando un árbol les va a transmitir una energía inexistente y también para que no quemen bosques. Las que planteas no son las dos únicas alternativas posibles.
Por otra parte, pensar que lo de abrazar a los árboles ayuda a los niños a tener respeto por la naturaleza es como creer que debemos convencerlos de que los respeten diciéndoles que así no hacen daño a los gnomos que viven en su interior. Personalmente creo que es preferible que comprendan la naturaleza y la amen y respeten por lo que es, no por ninguna bobada mística.
No tienes ni idea. Prueba a abrazar a una ortiga y ya verás si te transmite energía o no
😀
Perdón con la tontería, pero es que últimamente tiendo a tomarme a risa estas cosas, porque antes me cogía unos cabreos que he llegado a la conclusión de que no merecen la pena.
Pues sí, la verdad es que es una tontería lo que ha dicho, y no por la obviedad de la ortiga, que lo sabe hasta un niño, sino por esa incongruencia de decir «…antes me cogía unos cabreos…he llegado a la conclusión de que no merecen la pena», y a la vez decirle a alguien que opina distinto «no tienes ni idea».
¿Está seguro de que ha superado sus cabreos?
Ana, creo que debería echar un vistazo al comentario de Isa y las respuestas que recibió. Entre cabrearse con una tontería y tomársela a guasa caben muchísimas disposiciones de ánimo, y ninguna de ellas es incompatible con decirle a la persona responsable de la tontería que no tiene ni idea.
Pues la verdad es que tiene razón. Intento tomármelo a guasa casi siempre, pero hay veces que cuando veo que hay gente que intenta aprovecharse y lucrarse con el engaño, con la desesperanza y la credulidad de la gente que me vuelve a aparecer ese cabreo. Pero vamos, voy mucho mejor.
`Ninguna creencia irracional es inocua.
Buenos días Isa:
Tal como lo planteas es el equivalente a decir que hay dos posturas y que se debe elegir una, entre niños practicando sexo con sus perros o niños maltratando a sus perros.
Abrazar un árbol si hace daño, puesto que promueve un pensamiento irracional, sin sentido, basado en una creencia falsa, la de la «energía» que se recibirá de esa acción.
Se empieza abrazado árboles y se sigue creyendo en el reiki, la homeopatía o cualquier otra sandez asociada a energías positivas inexistentes, pero que han inculcado educadores irresponsables, que no deberían estar encargados de la formación de niños.
Yo he convivido con la naturaleza desde pequeño, y cuando queríamos hacer algo positivo con los árboles nos dedicábamos a reforestar, y cuando pasabas por ahí después de unos años te dabas cuenta de los beneficios de un buen trato a la naturaleza. Y cuando querías jugar con los árboles, trepabas a ellos. Entre eso y quemarlos o abrazarlos hay un buen trecho.
Típico comentario copiado de libro, blog o página web.
Podía haberse empleado un poco más a fondo y añadir otros tópicos del tipo «hay que acabar con el pensamiento mágico», «estamos asistiendo a una creciente oleada de irracionalidad», «las pseudociencias nos invaden», «es necesario que la sociedad empiece a tener un sano pensamiento crítico»…en fin, lo de siempre.
Es curioso cómo esta entrada se está convirtiendo en un muestrario de falacias lógicas. Vamos a ver, Ana: supongamos que digo que la Tierra no es plana. Es algo que podría haber copiado de un libro, blog o página web y que, en fin, sería «lo de siempre». ¿Eso implica que sea falso o incorrecto? ¿Incluso añadiendo otros tópicos del tipo «es un geoide» o «gira sobre un eje imaginario»?
Fernando, no puedo contestar en su anterior intervención, así que lo hago en ésta.
Usted habla de la diferencia entre cabrearse con una tontería o tomársela a guasa (se entiende que la «tontería»), pero en todo momento deja ver que está de acuerdo conque lo que dijo la interviniente es una tontería. Aquí empieza el problema de estas discusiones que no llevan a ningún sitio:
¿Por qué calificar de tontería? ¿Porque no coincide con lo que yo pienso? ¿Porque como no se ajusta a lo que yo pienso me creo en el derecho de calificarlo despectivamente?.
Creía que en estos sitios había gente adulta, que tenía debates razonables desde el respeto y que no hacía calificaciones de las cosas porque sí.
Veo que me equivoco y lo que compruebo es que si a usted le contesta una persona que le da la razón no dice nada, pero si interviene alguien que le pone algún pero, salta rápidamente para defender la causa, incluso contestando a cosas que deberían contestar los aludidos.
No, Ana, es mucho más sencillo y salta a la vista (de quien quiera ver, claro): el comentario de Isa planteaba que si criticamos que pongan a los pobres críos a abrazar árboles es porque preferimos que quemen bosques. Puede que a ti te parezca otra cosa, pero para mí, la verdad, se trata de un dilema no solo falaz, sino también bastante tonto.
De todos modos es una apreciación personal, tan válida (o no) como, no sé, que alguien califique como «tópicos» las ideas que no coinciden con lo que ese alguien piensa. O creerse en el derecho de calificar despectivamente (como poco adultas) las decisiones que cada uno tome respecto a qué comentarios hace y en qué sentido. Por poner un par de ejemplos, vamos.
Isa, tu razonamiento es el ejemplo perfecto de falacia del falso dilema. Así que para defender tu postura solo das dos opciones: si no abrazan árboles la única opción que se te ocurre es quemarlos… O los abrazais o los quemáis. No es muy alentador por tu parte, ni tampoco muy imaginativo.
Isa, se puede respetar la naturaleza sin recurrir a prácticas «mágicas». Una buena educación en ciencias naturales y una comprensión de qué son, cómo funcionan y que beneficios nos proporcionan los demás seres vivos y una explicación científica de porqué debemos respetar y cuidar la naturaleza es mucho más efectiva que estas prácticas sin fundamento que pueden inculcar en los niños ideas equivocadas sobre cómo funciona nuestro planeta.
Mejor información que misticismo.
Luego cada uno en la intimidad de su familia evidentemente puede abrazar árboles, ir a comulgar, rezar a la virgen de la Macarena o a Belcebú. Pero los dogmatismos y las prácticas pseudoespirituales nunca deben imponerse en las escuelas.
Que horrible descubrir que estoy obligado a quemar árboles, ya que no los abrazo.
Si nos ponemos así hay otra alternativa: los niños se ponen frente al árbol, y con los ojos cerrados levantan la cabeza hacia su copa mientras despliegan los brazos como si fueran ramas, dejando caer las manos y así entrando en unión con la diosa del bosque. Todo mejor que quemar árboles.
No empecemos con pendientes resbaladizas.
Más que eneñar a abrazar arboles a los niños, deberian encadenar a los piromanos y sus patrocinadores abrazados a un arbol en medio de un incendio.
¡Ah, es que nu sabemus quienes son!
¡Y una mierda muy grande! Si los señores agentes del seprona se sentaran en tascas y bares a escuchar sabrian como sabemos todos quien ha quemado que y porque.
Amar a los arboles no es , efectivamente, malo. Yo lo hago con los mios y aunque se que es pura charlataneria, me gusta apaciguar mi cerebro reptil pensando que agradecen el cariño como lo hace cualquier ser vivo, y si, me crecen que da gusto.
Pero una cosa es jugar a apagicuar la vena supersticiosa e irracional que todos tenemos en la parte más primitiva del cerebro — para algunos es su UNICA parte —, a sabiendas de estar haciendo algo estupido, y otra muy distinta andar con meigas a cuestas.
Personalmente me pregunto porque si a un «profesor» se le inabilita si enseña bubu o la práctica del kama sutra a su niños, no se hace lo mismo con los que enseñan charlatanerias.
No, no me conteste nadie, es puramente retorico. En el proximo plan de estudios se incluira «practica y uso de la homeopatia». Que los patrocinadores han pagado para ello
No tengo hijos, por suerte para ellos — tal como esta el mundo no me hubiera gustado verles sufrir —, pero si los hubiera tenido les hubiera intentado inculcar el amor a la naturaleza y , ¿porque no? Esa sensacion gratificante de acariciar y tocar las plantas — Ortigas y toxos no, claro. Hablo en serio —, pero sin hablarles de ninguna otra» energia» que la pura vida que circula bajo la corteza, como lo hace bajo la piel de sus manos.
¿Porque si es tan sencillo y bello hay que disfrazarlo de sandeces?
No. Tambien es una pregunta retorica.
Creo que en esta crítica se ignora que se trata de una escuela infantil -niños de 0 a 6 años-, y que el ‘animismo’ es una etapa más del desarrollo psicológico de las personas y que abrazar es un gesto de cariño, que proporciona a quien lo da -no solo a quien lo recibe- un refuerzo emocional de afecto, protección y unión íntima. Quizás esos educadores simplemente quisieron utilizar el lenguaje animista de esos niños. Respetar y cuidar la Naturaleza es una decisión ética -no científica- que puede nacer del amor y non solo de su estudio como objeto de la ciencia. Creo que el pensamiento científico se debe introducir acompasado con la edad y el grado de madurez propio de los niños. La pseudociencia es un tontería, pero el amor hacia las personas, la naturaleza o la ciencia, no. Y no está de más expresarlo. Creo.
Pregunto a quien sepa pues no tengo idea.
¿Se trata de la teoría de J. Piaget? ¿Ese comentario se deriva de una correcta interpretación de sus teorías sobre el desarrollo mental o la concepción del mundo del niñ@? ¿Cual es la validez de dichas teoría? ¿Cuál es la evidencia de que existe esa etapa inexorable y todo niñ@ ha de seguirla por igual? Y si fuera un aspecto o etapa del desarrollo cognitivo infantil ¿que tiene de malo enseñarles a pensar críticamente? ¿Y si el árbol muere?
Tengo unas respuestas tentativas: Si, No, Discutible, Escasa, Nada, Sufre.
Sufre el niñ@, digo
Podría estar de acuerdo contigo, Gabriel, si no fuera porque los responsables de la escuela justifican su práctica en el libro de Silverstone. No se trata por tanto de ese «animismo», sino de pseudociencia pura y dura.