Martillazos en la Universidad Miguel Hernández

Por Fernando Frías, el 16 marzo, 2012. Categoría(s): quiropráctica • Universidad Miguel Hernández ✎ 3

Como dice la famosa zarzuela, «hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad», y la aparición de nuevos tratamientos, técnicas e instrumentos terapéuticos hace casi inevitable que, junto a innovaciones verdaderamente útiles, aparezcan cachivaches que nos devuelven a la vieja era de los vendedores de aceite de serpiente. Y también será inevitable, seguramente, que alguna Universidad acabe haciéndose un lío y convirtiéndose, probablemente de forma involuntaria, en promotora de esos trastos.

Como le pasó hace unos meses a la Universidad Miguel Hernández cuando organizó su curso sobre «Aplicación del percutor estructural para fisioterapeutas» (pdf):

Según informa el tríptico,

El percutor estructural tiene como base de tratamiento la visión global de la estructura por medio de un impulso rápido e indoloro. Se trata de un instrumento novedoso, utilizado como medio de tratamiento con el fin de equilibrar estructuras como la columna vertebral y resto de articulaciones por medio de un impacto indoloro, que sustituye fuerza por velocidad, manteniendo la eficacia y restando agresividad y riesgo.

Lo cual, la verdad, no es decir mucho, ¿eh? Claro que la web mediante la que el profesor del curso, Luis Galino, oferta su tratamiento con el dichoso martillo tampoco aclara demasiado las cosas:

Aparato y técnica revolucionarios, que podemos equilibrar toda la estructura: columna vertebral y resto de articulaciones por medio de un impacto indoloro que sustituye fuerza por velocidad, manteniendo la eficacia y restando agresividad y riesgo.
No tiene contraindicaciones y contempla toda la estructura.

¿Probamos en otro lado? El Sr. Galino no solo realiza el tratamiento, sino que también vende el aparatito de marras, como podemos ver en esta otra web (sí, ya ven, está en todos los sectores del negocio). Lamentablemente, tampoco se molesta demasiado en aportar una descripción detallada o un poco de bibliografía científica.

Así que la respuesta habrá que buscarla en otro lado. De modo que, si quieren ustedes saber de qué va esto del martillo, leer incluso una respuesta del mismísimo Sr. Galino (pero, ¡ay!, también sin la más mínima referencia científica, aunque esta vez porque no le da la real gana aportarlas) y, en definitiva, comprender por qué la Universidad Miguel Hernández entra en nuestra lista con todos los honores, les invito a que lean con atención esta entrada del gran blog Esto no tiene buena pinta. Les aseguro que, a menos que sean ustedes alguno de los infortunados alumnos del curso, no se arrepentirán.



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