Pseudoterapias en la Universidad del Pais Vasco

Por Fernando Frías, el 11 marzo, 2013. Categoría(s): pseudomedicinas • Universidad del País Vasco

En realidad no es malo que las Facultades de Medicina y Enfermería tengan en cuenta a las llamadas «terapias alternativas» a la hora de formar a sus estudiantes. En primer lugar porque son una realidad social, y muchos de los futuros médicos y enfermeros se encontrarán con pacientes que las usen; y aunque la mayoría de las veces no resulten perjudiciales, no hay que olvidar que algunos tratamientos de fitoterapia pueden interactuar con los tratamientos médicos, que incluso pseudoterapias tan aparentemente inocuas como la homeopatía pueden resultar peligrosas, o que en muchos casos los partidarios de esas prácticas fomentan la desconfianza frente a los tratamientos de base científica. Por otro lado, el hecho de que haya un cierto porcentaje, pequeño pero ruidoso, de profesionales sanitarios aparentemente bien formados pero partidarios de esas terapias de pacotilla, indica que a lo mejor no es suficiente con enseñar durante la carrera qué es la medicina científica, sino también qué cosas no lo son.

Lo malo es que la asignatura optativa de «Enfermería en las Terápias Naturales» (sí, lo pone así) impartida en la Escuela Universitaria de Enfermería de la Universidad del País Vasco de la que habla Luis Alfonso Gámez en Magonia no se caracteriza precisamente por una evaluación crítica de esas pseudoterapias.

Como cuenta la entrada de Magonia, basta con consultar la lista de lecturas complementarias recomendadas para darse cuenta de que

Los libros de consulta y profundización de la asignatura dan risa: son casi todas obras propias de librerías esotéricas o de la sección dedicada a medicinas alternativas de cualquier gran superficie. Títulos como Diálogo aventurado entre homeopatía y mitología, de Jordi Vila i Alcalde; La risa. La mejor medicina, de Robert Holden; Ayurveda, de Massimo Paltrinieri; y Libro completo de reiki, de José María Jiménez Solana. Entre las webs recomendadas, hay más de lo mismo. Además de figurar las de varias revistas de quiosco más cercanas a la autoayuda ecólatra que a la ciencia, se incluye, por ejemplo, En Buenas Manos, una mezcla de pseudoterapias y esoterismo, con una amplia sección dedicada a astrología, tarot, runas, adivinación… Solo echo a faltar en la bibliografía Discovery DSalud, la revista de José Antonio Campoy en la que niegan la existencia del VIH, abogan por la antivacunación y defienden que el cáncer no es una enfermedad, sino un mecanismo de defensa del cuerpo, entre otras barbaridades.

Y es que un programa plagado de menciones a «las teorías de la Medicina China, India y Americana», el «conocimiento de los cinco elementos en que se basa las medicinas china, hindúes (Ayurveda) y el conocimiento de los meridianos energéticos», la «medicina energética», y con una unidad temática dedicada nada menos que a «acupuntura, Mesmer o masaje energético, osteopatía y manipulaciones, fitoterapia, aromaterapia, medicina ortomolecular, dietoterapia, colorterapia y musicoterapia» podría ser muy interesante para que los futuros enfermeros conozcan la ilimitada capacidad humana a la hora de inventar patochadas en nombre de la salud. Pero no para intentar que se las crean.



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