En estas fechas en las que llega el comienzo del curso escolar (salvo en la Comunidad Valenciana, donde alguna mente no muy pensante ha decidido que los niños deben sentarse al calorcito de las aulas desde el pasado 3 de septiembre), es normal que las familias anden con los últimos preparativos: la mochila, los cuadernos, los útiles de escribir y, por supuesto, los libros. Libros nuevos, además, gracias a la sabia decisión de otra mente no pensante. Y claro, con las prisas mucha gente los echará en la mochila sin echarles siquiera un vistazo, aunque solo sea por ver si están impresos en piel de becerro y encuadernados con hilo de oro o hay algún otro motivo que justifique su precio. Pero también hay quien los revisa para ver qué les van a enseñar a sus hijos.
Y se encuentra cosas como estas:
Por si les cuesta leer el texto, transcribo:
El consumo de alimentos transgénicos puede provocar la aparición de reacciones alérgicas insospechadas en las personas. Por ejemplo, las fresas resistentes a las heladas, por llevar incorporado un gen de un pez ártico, podrían producir una crisis alérgica a las personas alérgicas al pescado y que consumieran las fresas transgénicas. Por esta razón, y a petición de los consumidores y ecologistas, existe un reglamento sobre el etiquetado de todos los alimentos e ingredientes alimentarios fabricados total o parcialmente con plantas transgénicas. El principio de precaución desaconseja que este tipo de alimentos se incluyan en nuestra dieta hasta que los resultados de las investigaciones demuestren su seguridad para la salud humana.
Desde el punto de vista económico, existe la preocupación de que las compañías multinacionales que producen organismos transgénicos lleguen a tener el control sobre los recursos mundiales. Los cultivos tradicionales en el tercer mundo están siendo sustituidos por los cultivos transgénicos, cuyas semillas son suministradas por las grandes empresas biotecnológicas. La inserción en las plantas de los genes terminator, que hacen que produzcan semillas estériles dotadas de un enzima que impide su germinación, obliga a los agricultores a volver a comprar la simiente para la próxima cosecha a las mismas compañías y en las condiciones exigidas por ellas.
Como pueden ver, no dan ni una. Es cierto que en una ocasión, una, se detectó que una variedad de soja genéticamente modificada para elevar su contenido en metionina podía provocar reacciones alérgicas a las personas que padecían alergia a la nuez de Brasil, planta de la que procedía el gen insertado en la soja. Pero el problema se detectó en la fase de investigación y la variedad nunca llegó al mercado. Claro que las historias de miedo sobre los organismos genéticamente modificados (OGM) poseen una variabilidad genética muy superior a la de cualquier planta o animal: a partir de ese único caso se pasó a hablar de peligros para las personas alérgicas al cacahuete o la fresa y, en un paso posterior, la hipotética alergia a provocada por algún gen procedente de la fresa se transformó en esa rocambolesca historia de los peces árticos. Historia que probablemente venga de esta otra, bastante más prosaica y menos terrorífica, ¿verdad?
De hecho, a pesar de esas historias para no dormir, a estas alturas no hay constancia de ningún problema de salud causado por el consumo de OGM, y el motivo de su práctica prohibición para el consumo humano en Europa no es realmente la seguridad alimentaria (ese «principio de precaución» que tiene truco, como cuenta Juan Ignacio Pérez Iglesias), sino más bien la pura y simple economía, y en concreto la protección de los agricultores europeos frente a la importación de productos agrarios más baratos procedentes de terceros países. Porque la historia que cuenta el libro sobre las cuestiones económicas en torno a los OGM es tan falsa como… bueno, como la de los genes terminator: el negocio de las multinacionales es el de las semillas patentadas, y en ese sentido poco importa si son transgénicas, convencionales o incluso ecológicas. Y ya puestos, casi mejor que sean convencionales o ecológicas que transgénicas, teniendo en cuenta que buena parte de los OMG que están llegando al mercado han sido desarrollados por organismos públicos de países en desarrollo y puestos libremente a disposición de sus agricultores. Vamos, que no me extrañaría que esas grandes multinacionales se frotasen las manos viendo como las cuestiones realmente preocupantes respecto a su modelo de negocio quedan ocultas gracias a esa demonización de los OGM:
Pero bueno, no piensen ustedes que el libro se limita a sembrar entre los chavales el pánico ante las plantas con cuernos, las mazorcas de maíz que muerden o los tomates de película de terror de serie B; también plantea soluciones. Vean, vean:
Que la agricultura ecológica produzca alimentos más saludables que los obtenidos mediante agricultura convencional es bastante dudoso (tan dudoso como el único artículo científico que sostiene tal cosa), pero que sea suficientemente productiva es algo que simplemente no se sostiene, hasta el punto de que ya están surgiendo alternativas mucho más sensatas como la llamada «producción integrada«. De modo que, por mucho que se empeñen los autores del libro, estos productos no nos van a mantener a salvo del ataque de los malvados tomates con pico retorcido (sí, el dibujito me ha impresionado). Menos mal que el texto nos proporciona otros interesantes trucos de salud, que van desde la mención de terapias de pacotilla:
Hasta la recomendación de prácticas sin ningún fundamento pero, eso sí, muy de moda y muy coherentes con el miedo infundado que pretende infundir en los alumnos:
En fin, que ya ven que la editorial Bruño (que es la responsable del engendro) se ha lucido. Así nos va.
P.S.: Gracias a J.C. Vaqué por el aviso y las fotos.
Hay quien confunde los materiales formativos con el campo donde dar rienda suelta a sus creencias… lamentable.
Pero los libros de texto, ¿no deben recibir el visto bueno del Ministerio de Educación o de las Consejerías de Educación autonómicas? ¿Cómo han podido dar luz verde a este libro? ¿Qué criterios se utilizan?
Eso es lo preocupante que han recibido el visto bueno de la Consejeria o Consejerias de turno. Salvo en Ceuta y Melilla el Ministerio poco poder tiene.
Es decir poderes públicos amparan semejantes mamarrachadas.
Como se hace siempre. Dame el maletín y pon lo que quieras.
¿Dedica este fantastico libro algún apartado a las vacunas?
Hombre, tildar de «terapias de pacotilla» la fisioterapia (4 años de carrera) y la osteopatía (5 años y un doctorado), un poco heavy el adjetivo…
No, por supuesto que la fisioterapia no es una terapia de pacotilla, ni mucho menos. Es más: puedes comprobar que en este blog la defendemos muy a menudo frente a quienes quieren llenarla de contenido pseudocientífico.
«Menos mal que el texto nos proporciona otros interesantes trucos de salud, que van desde la mención de terapias de pacotilla:»
Este comentario hace que el artículo pierda valor y objetividad. No me parece fundamentado dado que lo único que hace el libro es dar una definición aséptica sin tratar de adoctrinar (A diferencia de los demás contenidos).
Perdón, pero no están dando una definición aséptica, en el momento en el que dan por ciertas (es decir, dan verosimilitud, dan a entender a los alumnos que son ciertas) cosas que, en el mejor de los casos, son discutibles («qi» o «chi», osteopatía, la interpretación particular del concepto de «holismo» que se hace a menudo en determinadas pseudociencias…).
El alumno que lea esos párrafos puede creer que son ciencia, y una definición verdaderamente aséptica debería aclarar que no están considerados como tal, y los motivos.
La osteopatía y la quiropráctica son «terapias de pacotilla», con todas las letras. Y decir que la fisioterapia es «un caso particular» de ellas es una burrada como un piano. Así que ese párrafo es totalmente criticable.
Pero, esa asignatura, nada tiene que ver con las ciencias, llamemoslas, puras ¿no?
Quiero decir, mal esta que se difundan estas falacias (bueno bajo mi punto de vista debia estar penado de alguna manera, al fin y al cabo el bachillerato debe formar al individuo para sus estudios posteriores, pero tambien para su vida, y asi mas bien los malforman…), pero al menos no sera en un libro de una asignatura como biologia, quimica, o como se llamen actualmente.
Pues hombre, teniendo en cuenta la importancia de la asignatura, yo diría que sí es grave.
Leyendo tu enlace veo que es materia común, y que debe ser una especie de ciencias sociales…
Si en la especialidad de ciencias y tecnología explican, aunque sea ligeramente, la tecnología OGM(evidentemente no con textos de Bruño), me da que los chavales lo van a encajar francamente mal.
Soy profesora de Secunaria y Bachillerato y quiero decir que SI por desgracia esto es así en varios libros de texto actuales y no tan actuales porque hace ya más de 20 años algunos profesores de secundaria luchábamos por modificar tanto la forma en la que presentaban por ejemplo los métodos anticonceptivos como por los errores que mostraban en temas como la Tectónica de Placas, pero en la Educación ¿quién regula l calidad sin un Pacto por la Educación y con la lucha económica de las editoriales? Estamos perdidos si no nos comprometemos personalmente
http://lacienciaexplica.blogspot.com.es
Al libro Ciencias para el Mundo Contemporáneo de editorial Bruño le falta un capítulo dedicado a la Biología del Diseño Inteligente y otro a la Geología Creacionista.
Como ingeniero la explicación del libro me parece una vergüenza, pero como por la crisis me he metido a ganadero (me viene de familia) tengo un par de reflexiones sobre esta industria.
Vaya por delante que creo firmemente en las buenas intenciones personales de todos los investigadores de OGM.
1- La comida es un producto comercial y como tal yo tengo acceso a él en la medida que pueda pagarlo. En España no hay menos comida que antes de la crisis, no hay desabastecimiento,¡no subieron los precios!, pero aumenta la gente en los comedores sociales y bancos de alimentos. Falta dinero.
2-A mí, no me pagan los productos por cuántas personas se alimenten. La gente paga además de las calorías y nutrientes, el sabor, la textura,… Yo estoy seguro de que puedo producir más alimentos, de alimentar a más personas sin intensificar el uso del suelo ni fertilizantes, pero su valor de mercado es menor y me arruíno.
3-Actualmente sobra comida, parte del dinero de la política agraria común,PAC, se utiliza para comprar excedentes y que no bajen los precios a los productores. Y hay alimentos que los productores ya no sacan al mercado para no crear excedente.
4-La comida es un producto estratégico. Ninguna de las grandes potencias va a renunciar a tener la capacidad de alimentar a su propia población. Como no se renuncia a que sea un negocio.
Perdón por el tostón, hay más, pero ya no está mal
Abel, tus comentarios me parecen muy interesantes. Tratas y denuncias un problema económico. Una serie de situaciones paradójicas que poco tienen que ver con el munfo de la técnica o el científico y mucho con esa máquina de producir «locuras» que es la gestíon de los recursos. Desgraciadamente, esta gestión no está basada en argumentos objetivos ni formales, que son de los que trata la ciencia, sino que se ha basado fundamentalmente en un conjunto de opiniones cambiantes y creencias sesgadas que se llamamos ideologías.
Si se produce (en Europa o en el mundo) más comida de la que se demanda y los precios se están sosteniendo artificialmente algo estamos haciendo mal y esto es un hecho…
Este y otros problemas del sistema son conocidos y aceptados por todos como parte del juego económico y no deberían nunca convertirse en argumentos en contra de la ciencia y del avance científico. Nuestra obligación (natural) como especie debería ser la de adquiririr todo el conocimiento que este a nuestro alcance y que permita poner a disposicación de TODOS los habitantes del planeta técnicas que mejoren cualitativamente su vida.
Si el sistema económico, de alguna manera, retiene o impide dichas mejoras en mi opinión no sirve y deberíamos cambiarlo…. (y no, no es imposible a largo plazo)
Estamos hablando de libros que NO CITAN SUS FUENTES. Eso ya lo dice todo.
Muy buen blog, Fernando, enhorabuena!
Madre mía! qué barbaridad!!!
Pues yo llevo toda la vida comiendo pollo y no se me ha pegado el gen de las alas todavía. Tendré que probar con Red Bull.
En estos doctos libros de conocimientos para nuestros tiernos infantes, falta incluir la homeopatía (espero), la cartománcia, el tarot, y la importancia de desatascar los chakras.
¿Para cuando en la sanidad pública se incluirá de forma gratuita la apertura del tercer ojo?… y que conste que no me refiero al que se encuentra cerca de un chakra que anda por la zona genital
Bueno, y ya puestos propongo incorporar como teoría seria no solo el creacionismo, sino en historia la validez del génesis y la posibilidad de que tengamos montones de ruinas construidas por alienigenas grises de ojos grandotes.
El asunto de las sondas anales y la vivisección de vacas la podemos dejar para bachillerato, que eso son temas sensibles.
Pero bueno, si se financian estudios para contarnos que Cervantes escribió «El Quijote» en catalán, todo el resto viene rodado, la contaminación de los libros de texto ya no se limita a tonterías políticas, ahora tenemos que ser bienpensantes, meapilas y otras bobadas, y lo peor es que esas mentes pensantes no quieren ciudadanos formados, quieren borregos
Como fisioterapeuta no podría estar más ofendido. Ya he pasado el «recado» al Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España para que, si lo consideran, hagan alguna comunicación al respecto, y por supuesto, hablen con la editorial. Porque vaya truño les ha salido.
que mierda de edición, acabo de mirar mi libro de CMC que use hace apenas 4 años yexplica brevemente como se hacen y que se han hecho años de estudios y que son seguros
He creído que era une broma y un fotomontage hasta el final, cuando ya puso la referencia de la editorial y ví que esto iba en serio.
Im…presionante … y desolador.
Cordialmente,
Mmmm…
Hablando de hablar de rigor científico…
¿Cuál es el contenido curricular completo del tema que se nos presenta?
¿Cuál es el objetivo didáctico final del texto escrito que se nos muestra?
¿No sería importante analizar también las actividades (escritas u otras) concretas dirigidas a desarrollar las competencias del alumnado de esa unidad didáctica?
No me atrevo a emitir una opinión concreta sin tener esos datos básicos. Aunque a primera vista es obvio que el texto «golpea».
Simplemente, desearía recordar que uno de los principales objetivos educativos de esa asignatura es la de generar debates activos sobre temas sociales que demuestran la importancia de la educación científica básica.
Muy interesante.
No saldo de mi asombro e incredulidad. Parece que quieren copiar la técnica de ciertas comunidades autónomas para adoctrinar en mentiras, o bien el Estado y la Nación está haciendo dejación de sus funciones en el control de calidad de los libros de texto.
Comparto la opinión de que sin un Pacto de Estado por la Educación es imposible avanzar y vamos a peor porque: a) sin libros de texto, pocos somos los que intentamos (seamos claros, la vida adulta es complicada) chequear todo los materiales, b) no podemos estar sin estabilidad en el sistema educativo y a expensas de lo que quieran las CCAA (ahora mismo hay carencias y omisiones en todas ellas en algunas asignaturas) o del Gobierno de turno. ¿Tan difícil es de entender que la Educación no debe ser un instrumento de confrontación política?¿Que la Ciencia o los idiomas son importantes?¿Que la ortografía importa?¿Que la Historia y la Geografía hay que conocerla y entenderla? ¿Que la Filosofía y la Cultura Clásica son también importantes y es una vergüenza que incluso en el Reino Unido haya en general un mayor conocimiento del latín a partir de cierto nivel de Enseñanza que aquí pese a ser una lengua anglosajona? ¿Tan inútiles son que sólo piensan en las elecciones?¿Cómo se puede sacar una asignatura sin currículo en Septiembre de forma piloto en 15 centros sólo para parecer pioneros sin apenas planificación? En fin… Incluso en los grupos buenos de 4ºESO se ven carencias importantes de cultura de todo tipo, aunque aún quedan atisbos de «hope»… Ojalá, …Pero desde luego, no es por los políticos, es por los que nos esforzamos para que esto funcione a pesar de que se nos culpe (cuando se nos despide a 30 de Junio) del aumento del paro en Agosto (¿nos despedimos nosotros solo en Educación?Tela…)
Yo defiendo el uso de materiales propios ajustados a los contenidos de las diferentes materias. Aunque hacerlos, y que sean de calidad, requiere tiempo y dedicación que no siempre se tiene…
He leído en un correo de Óscar Macías Álvarez que eres «de la millor terreta del mon», como para mí ese lugar siempre fue Altea, quería confirmar si realmente eres de allí.
Un cordial saludo, José
No de Altea, pero la veo muy bien desde mi ventana 😉
Escépticos, Críticos diciendo que los transgénicos producto del negocio-agricultura industrial valen lo mismo que los no modificados producidos por agricultura ecológica, son mas bien Estúpidos, Miopes. Leer esto fue casi desperdicio de tiempo (digo casi porque es bueno recordar que en todos lados hay idiotas con pretensiones de científicos).
Bueno, Arsol, si dijéramos que los OGM «valen» lo mismo que los productos de la agricultura ecológica sí que seríamos estúpidos y miopes, pero no es así: como verás en la respuesta al comentario de Luis, lo que dice la evidencia científica es que son mejores. A no ser que con ese «valen» te refieras al precio, en cuyo caso… pues también, vaya.
Estimado Fernando. Estoy de acuerdo en algunas cosas que comentas en el artículo pero, francamente, en el tema de la agricultura biológica estás equivocado y haces un sesgo que supongo que no es malintencionado pero que no se puede dejar pasar por alto. La productividad de la agricultura biológica puede ser, al menos, igual de alta que la industrial, y además de la experiencia de muchos agricultores hay estudios científicos al respecto. Por cierto, muchos estudios de productividad de la agricultura industrial están bastante maquillados. De todas formas (y este es el sesgo), la razón más importante de promover la agricultura ecológica no es la salud propia, ni la productividad, sino el hecho de que la agricultura industrial es insostenible (y la ganadería). Además, situándonos al principio de la revolución verde y «externalizando a futuro» las consecuencias de la agricultura industrial para el medioambiente que hoy ya conocemos (contaminación, pérdida de suelo fértil, consumo de agua, pérdida de biodiversiodad), la productividad cae en picado. La revolución verde pudo jugar su papel en su momento, pero hace tiempo que la agricultura y l aganadería industrial son un trágico error. Por supuesto, no acepto el argumento de que la agricultura ecológica (nombre mal elegido por cierto) no da para alimentar a toda la población: simplemente conociendo las cifras de derroche alimentario se desmonta esta falacia. Atacar a la agricultura ecológica porque sea falso que es más saludable (algo muy discutible) es dejar de lado las razones realmente de peso a favor de esta agricultura (las medioambientales), y si fomentas el espíritu crítico es sorprendente que lo hagas.
En lo de los OGM se te olvida hablar de un detalle: el riesgo (hasta ahora desconocido) que puede tener para la biodiversidad convertir el campo abierto en un inmenso laboratorio de genética, y como biólogo este argumento me basta para rechazar los OGM (por cierto, en ratas si se ha probado el daño en células hepáticas en ratas en Francia, a pesar de la resistencia que puso en su momento el gobierno por facilitar los estudios de Monsanto que resultaron ser poco rigurosos por otro lado)
Por lo demás, viva el escepticismo y el espíritu crítico, en todas direcciones y sentidos!
Un saludo
No, no se me olvida ese detalle; lo que pasa es que la evidencia científica apunta a que ese riesgo no es real. Por supuesto que se producen hibridaciones entre cultivos modificados genéticamente y plantas silvestres, pero también se producen entre cultivos convencionales o incluso ecológicos, que al fin y al cabo también son plantas modificadas respecto a sus antepasados naturales. Pero eso no implica que esa planta vaya a obtener una ventaja de ningún tipo sobre sus congéneres, y probablemente lo que ocurra sea todo lo contrario, que la planta dedique parte de sus recursos a desarrollar alguna característica que le sea totalmente inútil en un medio silvestre. De hecho, como sabrás, se conocen casos de hibridaciones de plantas silvestres con OGM (y, repito, con otras plantas de cultivo desarrolladas por otros métodos), pero ninguno en el que esas plantas hayan prosperado.
En realidad lo que hay que buscar es la sostenibilidad de los cultivos, y hoy por hoy esa sostenibilidad se logra mejor con cultivos OGM, algo que puede parecer paradójico pero que en realidad es perfectamente razonable: si se obtiene mayor producción por unidad de superficie se necesitará menos terreno, si una planta es resistente a una plaga necesitará menos plaguicidas, y así sucesivamente. Un gran metaanálisis publicado recientemente en PLoS-ONE lo deja bastante claro: «On average, GM technology adoption has reduced chemical pesticide use by 37%, increased crop yields by 22%, and increased farmer profits by 68%. Yield gains and pesticide reductions are larger for insect-resistant crops than for herbicide-tolerant crops. Yield and profit gains are higher in developing countries than in developed countries.«
Evidencia científica de que no vaya a ocurrir algo desagradable en el futuro, ni la hay, ni la habrá. El que haya datos sobre casos de hibridaciones que no han tenido ningún efecto en la naturaleza no es una evidencia científica de más allá de ese caso concreto. Sabemos lo suficientemente poco de genética, de regulación génica y de evolución como para jugar con esto al aire libre por unos datos sobre producción que no interesan sino a las compañías que producen transgénigos, porque no necesitamos en absoluto aumentar la producción para alimentar a la humanidad. Es más, tenemos capacidad productiva de sobra para alimentar a la humanidad. No tengo tiempo de buscar las cifras de derroche alimentario, pero son espeluznantes. Por otro lado, las plantas OGM que se modifican para hacerlas resistentes a una plaga concreta también necesitan otros fitosanitarios y además con el tiempo el parásito en cuestión se vuelve resistente al «insecticida natural» que produce la planta. Yo no soy contrario a la investigación con OGM, especialmente en el ámbito de la medicina, sino a la aplicación de esta tecnología en la agricultura, lo que es muy diferente, y lo más triste es saber que la agricultura NO necesita OGM, esto es sólo un negocio de la industria agroalimentaria.