Hace unos días, con motivo de la celebración de esa reunión de curanderos autodenominada “Congreso un mundo sin cáncer – lo que tu médico no te está contando”, José Cervera y José A. Pérez Ledo coincidían en señalar a nuestra desmemoria colectiva como responsable de que a estas alturas esos y otros timos sanitarios sigan teniendo éxito. Decía @mimesacojea que
Tu médico no te cuenta que, a principios del siglo XX, ya estarías casi seguro bajo tierra. Que probablemente habrías muerto en el parto o un poco después, en la infancia. Que te habría llevado la viruela o la rubeola o la polio o el sarampión, enfermedades todas ellas erradicadas o muy controladas gracias a las vacunas.
Y @retiario hablaba de lo fácil que es desconfiar de la medicina
cuando ni tú ni nadie que conozcas ha sufrido ninguna grave infección; cuando ni en tu familia ni en ninguna de alrededor has visto morir a un niño pequeño, o padecer a un anciano por falta de cuidados médicos. Cuando olvidamos lo que ocurría en tiempos anteriores a la cloración del agua y la existencia de cloacas, la seguridad alimentaria, la medicina y las vacunaciones es sencillo preguntarse para qué sirven, desconfiar de sus efectos o rechazar su efectividad.
Cuando se vive muy bien lo complicado es recordar lo que ocurría en los malos tiempos, antes de que una compleja y tupida red de seguridad higiénica y preventiva mantuviese a raya a los enemigos que llevan millones de años matando humanos. Vivimos demasiado bien, y eso tiene sus efectos paradójicos, y los seguirá teniendo en el futuro.
Es cierto, y de hecho yo también lo he comentado en alguna ocasión. Pero, bien pensado, tampoco hay que remontarse a tanto tiempo atrás: la amnesia social también puede llegar a hacernos olvidar cosas que ocurrieron hace pocos años o incluso meses.
Por ejemplo; hace algún tiempo podíamos encontrar “médicos homeópatas” (perdón por el oxímoron) que, cuando les preguntaban si la homeopatía podía sustituir a las vacunas, contestaban así:
P.- ¿La homeopatía puede sustituir las vacunas?
R.- Sí, y de hecho ya se está haciendo con diferentes métodos. Hay un médico australiano, Isaac Golden, que utiliza un calendario de vacunaciones similar al calendario tradicional y que administra los remedios preparados con la sustancia de la enfermedad, pero diluida mediante el método homeopático. Este sistema no es mucho más diluido y no lleva aditivos como el aluminio o el mercurio. El efecto neurotóxico del aluminio y del mercurio es una de las principales diferencias entre las vacunas y las vacunas homeopáticas. La homeopatía puede sustituir las vacunas, pero para demostrarlo hacen falta investigaciones a mayor escala que las que se han hecho hasta la fecha. Los gobiernos también deberían estar interesados en dar la oportunidad a este estudio que, por otra parte, choca con los intereses de las empresas farmacéuticas.
Pero claro, eso ocurría en 2011, antes de que un niño no vacunado de Olot enfermase de difteria y acabase falleciendo. Curiosamente (o no) a partir de ese momento lo que decían era más o menos esto:
P.- El caso de Olot ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de las vacunaciones. ¿Qué opciones hay? ¿Qué opciones propone la homeopatía?
R.- En primer lugar, un grupo de médicos proponemos una mejora en el calendario vacunal. Como médico internista también empleo la homeopatía para mejorar la prevención de las enfermedades. No recomendamos la no vacunación en absoluto.
P.- ¿Los homeópatas?
R.- Casos excepcionalmente aislados, pero lo considero una irresponsabilidad (…)
No voy a hacer especulaciones sobre los motivos de que en 2011 el Dr. Manuel Mateu dijera lo primero (fuente) y que en 2015 el Dr., ejem, Manuel Mateu dijera lo segundo (fuente original en catalán; la traducción es mía). Vale, es cierto que en aquella época ya se conocía la enfermedad del niño de Olot, y también es cierto que el Colegio de Médicos de Barcelona empezaba a hablar de sancionar a sus colegiados que mantuviesen posturas antivacunas (cosa que aún está por ver, por cierto). Pero, caramba, lo mismo fue un sincero y afortunado cambio de opinión y la coincidencia temporal con otros acontecimientos fuese una pura casualidad, ¿no?
Pero lo que sí está claro es que al Sr. Mateu le vino muy bien esa facultad que tenemos para olvidar rápidamente.
Al menos, hasta el otro día.
Porque resulta que otros que tienen memoria, ejem, homeopática, son los responsables (es un decir) de la web “Honatur – Homeopatía on line”, que no han tenido otra ocurrencia que la de reproducir la entrevista de 2011. Incluyendo, sí, el pasaje antivacunas.
Como decía, ignoro si el cambio de postura del Sr. Mateu era o no sincero, ni si pensaba en las consecuencias que su postura antivacunas podría tener para las víctimas de esta moda o para él mismo. Pero, en cualquier caso, quizá convendría que le diese un toquecito a sus amigos de Honatur, ¿no creen?
Coda: Por si quieren ustedes comprobar de primera mano la talla médica y moral de alguno de los ponentes del «congreso», esto es lo que decía uno de ellos a raíz del fallecimiento del niño de Olot. Sin comentarios.
Dado que la imbecilidad humana es la unica magnitud que supera el concepto matematico de infinito, es evidente que quitarle estas ideas a los gilipollas es imposible. Si no les cabe en la frente el filo de una hoja de afeitar, mucho menos el sentido comun. — Por muy doctores que sean, memoriza no es ser inteligente —.
Asi que, y teniendo en cuenta el gran problema que supone la superpoblación y todas esas cosas, ¿porque no adoptar la postura contraria?
¡Promocionemos todas estas «curas» alternativas!
Un poco de dargüinismo nos vendría bien.
¿Que se meuren unos cuantos millones de bobos por no vacunarse o por luchar (?) contra el cancer con agua cruda —snif —? Pues nada, mas sitio para los que no somos idiotas, ¿no?
Lo que me jode es que cuando «sufren» las consecuencias de sus «sensatas curaciones» tenemso que pagar de nuestro bolsillo la medicina tradicional para que no se nos mueran, y tenemso que agüantar los servicios sanitarios — los pocos publicos que quedan sin privatizar — para dejarles sitio a sus estupideces.
Asi que cuanto antes se mueran, mejor.
P.D.: en cuanto a los pobres crios, en fin, entre los genes defectuosos que herdan de lso tarados de sus padres y que con tal mierda en el cerebro, lo mas seguro es que fueran educados como la siguiente generacion de gilipollas, pues la verdad, casi que hay que considerarlo una eutanasia social. Una lastimita, si, claro. Pero mientras no se de un carnet de padre con examen y puntos como el de conducir, en fin. Se siguen reproducioendo lso menos aptos y asi nos va.
¿Que? ¿Que soy cruel? Pues si, que le vamos a hacer. Lo que no soy es hipocrita y no finjo que me den pena para parecer mas simpatico.
Excelente solución! Podrían competir en los Premios Darwin http://www.darwinawards.com/
Sigo pensando que la participación en este tipo de «congresos» y sus antimedicinas como la homeopatía deberían estar penadas por ley.
Otra perla de uno de los asesinos de este congreso: http://www.libertaddigital.com/chic/vida-estilo/2018-01-15/txumari-alfaro-indigna-con-su-solucion-para-el-cancer-de-mama-no-hacer-nada-1276612157/
Que en Occidente medren todavía quienes no distan mucho de ciertos indígenas con plumas en la cabeza y en el culo que entre lingotazos de ron u otro bebercio y caladas a un recio puro lanzan pestilentes berridos y esputos sobre sus no se si pacientes o víctimas es de esperar que sea resuelto por la policía, quien localizará y defenestrará a esos estafadores espantajos sin despeinarse Que haya cenutrios tan cretinos como para creer en tales miserias inquieta.
Pero más preocupa que en una versión «tecno» y «cool», titulados en medicina con plaza ganada en oposición en la sanidad pública aboguen por homeopatías o acupuntura en instituciones oficiales, públicas y aparentemente serias (Véase aplicaciones al tratamiento del dolor con acupuntura en la unidad del dolor de la Cruz Roja e incluso de caballos con artrósis en alguna facultad de Veterinaria de la Inmortal ciudad de Zaragoza por ejemplo) Por que amparados en sus títulos oficiales desarrollan estos negocios colaterales sin que policías ni jueces osen inmiscuirse en su desempeño profesional, no sea que algún Colegio oficial y con las cuotas al día ejerza su corporativismo…
Médico es alguien que supuestamente cura y conoce de la ciencia detrás de los medicamentos. Un homeópata es álguien que no cura y ni tiene la más puta idea de ciencia.