Creo que a casi todos los que pudimos ver la rueda de prensa en la que el equipo de la New Horizons informaba del éxito del sobrevuelo de Plutón se nos quedó la boca abierta de asombro al contemplar esta fotografía de Caronte. Y seguro que a muchos la expresión de asombro se nos convirtió en una sonrisa cuando oímos que a la región oscura que aparece en la parte superior del principal satélite de Plutón la llamaban «Mordor». Naturalmente, aquello dio para muchos comentarios y muchos memes, incluyendo uno nada menos que de la cuenta de twitter de la Casa Blanca:
One does not simply fly 3 billion miles to take a photo of Mordor, the dark spot on top of Pluto’s moon Charon. pic.twitter.com/uzwfEtzGgM
— The White House (@WhiteHouse) julio 16, 2015
Las imágenes que poco a poco irá enviándonos la New Horizons nos darán muchas sorpresas, sin duda (aquí tienen otra, recién publicada), pero lo de que Mordor se encuentre por aquellos andurriales no es una de ellas. Al fin y al cabo es una de las denominaciones «finalistas» en la votación que la Unión Astronómica Internacional organizó para elegir los nombres con los que se bautizarán los rasgos geográficos de Plutón y sus lunas, y dado que el equipo de la New Horizons también participaba en la convocatoria no es extraño que empleen (de momento informalmente) ese y muchos otros de los nombres ganadores.
Y resulta que algunos de esos nombres provienen del universo de Tolkien. En concreto, la propuesta presentada a la UAI contiene los siguientes:
- Para Plutón: Balrog (que, como puede verse en el mapa, ya está siendo utilizado) y Morgoth.
- Para Caronte: Shire (o sea, La Comarca) y Mordor.
- Para Hidra: Smaug.
Todos ellos y seguramente algunos más (junto a homenajes que van desde Terry Pratchett a Star Trek pasando por Douglas Adams, Lewis Carroll, Doctor Who…) probablemente acaben estampados en los mapas de Plutón y sus satélites, pero no son los únicos nombres tolkiendili que podemos encontrar en nuestro cielo, ni mucho menos.
Empezando por el del propio Tolkien. 2675 Tolkien es el nombre de un asteroide descubierto en 1982 por Martin Watt. Se trata de un cuerpo de unos 42 km, bastante más respetable por tanto que, por citar un ejemplo completamente al azar, 2991 Bilbo, también descubierto por Martin Watt. Aunque cabria perfectamente en el Cráter Tolkien, situado casi en el polo Norte de Mercurio.
Allí goza de la agradable compañía de Kandinski, Prokofiev o Gaudí, entre otros, pero es que las normas de la UAI sobre nomenclatura de rasgos planetarios establecen que los cráteres de Mercurio se bautizarán con nombres de
Artistas, músicos, pintores y escritores fallecidos que hayan hecho contribuciones notables o fundamentales a su campo y hayan sido reconocidos como figuras artísticas de significación histórica durante más de cincuenta años.
Límite este, el de los 50 años, que nos hace albergar la esperanza de que se bautice a todos los cráteres antes de que David Bisbal o Justin Bieber lo alcancen.
Pero, y a la espera de lo que ocurra con Plutón y Caronte, el lugar donde podemos esperar encontrar más nombres relacionados con Tolkien es otro satélite convenientemente alejado de la voracidad de Tolkien Enterprises: Titán, el gran satélite de Saturno, que cuenta nada menos que con cinco sistemas de colinas bautizados como sendos personajes tolkienianos: Arwen Colles, Bilbo Colles, Faramir Colles, Handir Colles y Nimloth Colles…
…y nada menos que trece sistemas montañosos trasplantados desde la Tierra Media: Angmar Montes, Dolmed Montes, Doom Mons (que ya ven, no está en la misma luna que Mordor), Echoriath Montes, Erebor Mons, Gram Montes, Irensaga Montes, Merlock Montes, Mindolluin Montes, Misty Montes, Mithrim Montes, Rerir Montes y Taniquetil Montes.
Semejante despliegue de frikismo tolkiendil no es casual: las normas de la UAI dicen expresamente que las colinas deben recibir
Nombres de personajes de la Tierra Media, el escenario ficticio de las novelas fantásticas del escritor inglés JRR Tolkien (1892-1973).
Y las montañas deben ser bautizadas con
Nombres de montañas y picos de la Tierra Media
Y si usted no es muy de Tolkien no se preocupe: en Titán podrá encontrar personajes de la serie Fundación, de Isaac Asimov (para los freta, los canales que conectan entre sí masas de líquido) o planetas de Dune, la maravillosa saga de Frank Herbert (para las llanuras y los labyrinthi, complejas formaciones de valles o riscos).
Claro que, si no le gusta Tokien, más vale que se esconda. Porque aunque, por los caprichos de la UAI y las circunstancias de la Guerra del Anillo ya no esté en Caronte, digo en Mordor, el Ojo de Sauron le vigila…
¿Y Yuggoth?
Bueno, se supone que ese debería ser el nombre de Plutón, ¿no? 😉
Viendo que una de las zonas esta rotulada como Chtulhu no puedo hacer otra cosa que revindicar al gran Lovecraf, me alegro que se acuerden de el los de la Union Astronomica Internacional.
No sabía que estaban usando el universo de Tolkien para poner nombres, que bueno 🙂
No es el único: también se ha propuesto Yuggoth, como decía el comentario de Howard. Y, por supuesto, Lovecraft también tiene un cráter en Mercurio.
La región de Mordor, ¿es un crater de impacto?
A primera vista parece una cuenca de impacto, pero también hay indicios de que el color oscuro correspondería a una capa fina de material, lo que descartaría esa hipótesis. Habrá que esperar a tener mejores fotos y a que los expertos se vayan pronunciando.
Solo por curiosidad, ¿los herederos de Tolkien -por ejemplo- podrían demandar a la IAU por temas de derechos de autor al usarse esos nombres?. Con las ganas de sacar dinero que hay ahora no me extrañaría.
Y hay más propuestas (en ourpluto.org se pueden ver). Lo que daría porque hubiera un Kirk, un Spock, un McCoy, etc. allí (y, por supuesto, aunque no tengan nada que ver con ellos a Lucifer o Lilith). Un paraíso de frikis y geeks.
En principio no creo que se pueda demandar a la AIU por eso. No sé qué legislación se aplicaría, pero en la mayoría de los países solo se admite el registro de nombres de personajes o lugares como marcas y para finalidades comerciales (que no sería el caso), y además existen excepciones a la propiedad intelectual por motivos educativos o científicos siempre y cuando no haya ánimo de lucro. De todos modos es un tema muy interesante; intentaré investigarlo un poco más a fondo.
Por otra parte, lo de los derechos sobre la obra de Tolkien es un auténtico galimatías. Básicamente están en manos de cuatro entidades: Tolkien Estate (es decir, sus herederos), la Tolkien Foundation (una fundación educativa vinculada también a la familia), Warner Bros y Middle-Earth Enterprises (a la que yo me refería en el texto como «Tolkien Enterprises»; no sabía que había cambiado de nombre). Tolkien Estate vela por la integridad de la obra y hasta ahora, que yo sepa, no se ha metido con nadie por emplear nombres inventados por Tolkien para cuestiones científicas; de hecho, aunque en principio su postura sobre la cesión de derechos se pueda resumir en una palabra («NO»), es bastante tolerante a la hora de permitir usos que no sean comerciales, que sean respetuosos con Tolkien y que no desvirtúen su obra. La Tolkien Foundation es propietaria de algunas marcas comerciales y se financia mediante los derechos que obtiene por su cesión, pero se limita a usos comerciales. Warner Bros tiene solo los derechos cinematográficos y los derivados del material creado para las películas, así que tampoco entraría. Y aunque Middle-Earth Enterprises tiende a disparar a todo lo que se mueve para ver si obtiene algún dinero, es propietaria de derechos solo para usos comerciales (y no para todos ellos), así que no tendría nada que hacer.
Gracias por la respuesta; no sabía que hubiera ese caos con los derechos de la obra de Tolkien.
Cuando logremos abarcar el espacio intergaláctico , o cuando vivamos otra clase de realidades , quizá podamos nombrar los sitios recordando a Ray Bradbury en el primer caso , o a Jorge Luis Borges en el segundo .
Ambos , sobre todo el segundo , hacen necesario desarrollar nuestra capacidad de abstracción y de cognición para comprender algunas de sus historias . Esas son realmente fantásticas .
Esta nomenclatura se puede explotar hasta el infinito y más allá… Tenemos también objetos transneptunianos con nombres tolkienianos: (174567) Varda y (385446) Manwe.
Un artículo muy entretenido. Saludos.